Más de la mitad de los dueños de mascotas admiten dormir junto a sus perros. Si bien dormir con tu compañero canino tiene muchos beneficios, algunos veterinarios advierten que puede ser un asunto peligroso, especialmente en los meses de invierno.
Tal y como recoge IFL Science, una de las principales preocupaciones es el sobrecalentamiento. Durante los períodos de frío, es más probable que los perros se acurruquen en tu cama debajo de las sábanas para calentarse. Sin embargo, si te abrigas con mantas gruesas y edredones, algunos perros pueden tener dificultades para levantarse de la cama si tienen demasiado calor.
"Los perros muy pequeños, los cachorros, los perros ancianos y los perros con artritis u otros problemas de movilidad pueden tener dificultades para encontrar una salida segura si tienen demasiado calor", dijo a The Telegraph Katy Alexander, directora de investigación veterinaria de Blue Cross en el Reino Unido.
"Se deben evitar las mantas que pueden ser demasiado pesadas para permitir una salida segura. Las mantas térmicas pueden suponer el riesgo de quemaduras y el cable eléctrico representa un peligro si se mastica", agregó Alexander.
Otros estudios
También hay alguna evidencia de que compartir tu cama con un perro podría afectar tu calidad de sueño. Un estudio de 2020 descubrió que tener un perro en la cama aumentaba el movimiento de las personas durante la noche. Aunque ninguno de los participantes informó problemas para dormir, el movimiento podría haber indicado que no estaban durmiendo tan bien como pensaban.
Sin embargo, este es solo un lado del argumento. Algunas investigaciones han indicado que compartir la cama con mascotas no está relacionado con ningún efecto sobre la calidad del sueño. Otros estudios han sugerido que podría afectar la calidad del sueño, pero el impacto es muy leve.
Varios otros estudios han investigado los pros y los contras de tener un perro en la cama para concluir que en realidad podría mejorar el bienestar de los dueños de mascotas.
En un estudio de 2018, los científicos concluyeron que las mujeres que duermen junto a su perro tienen "sensaciones más fuertes de comodidad y seguridad" durante la noche. Por el contrario, lo contrario era cierto para los gatos, que la mayoría de los dueños de mascotas dijeron que era una perturbación para su sueño.
Asimismo, los investigadores han argumentado cómo compartir una cama con mascotas ha sido una práctica generalizada a lo largo de la historia por una multitud de culturas diferentes. Por alguna razón, esta disposición para dormir se adapta bien a muchas personas y mascotas, algo que los científicos deberían tratar de comprender mejor.
"A lo largo de la historia, los humanos han compartido sus espacios para dormir con otros humanos y otros animales", dijo el autor del estudio Bradley Smith, psicólogo de la Universidad Central de Queensland en Australia.
"Proponemos que el colecho humano-animal y adulto-niño se aborde como formas legítimas y socialmente relevantes de colecho", agregó. "Además, una comprensión integral del colecho humano-animal tiene implicaciones significativas para los humanos el sueño, las relaciones humano-animales y el bienestar animal", concluyó