El filósofo italiano Gianni Vattimo falleció a los 87 años de edad en Rivoli, Italia, tras varias semansa ingresado en un hospital de la ciudad. Es considerado uno de los principales analistas de la postmodernidad, además de ser defensor de algunos de sus postulados y padre del conocido como pensamiento débil, una forma más libre y menos rígida de reflexión heredera consecuentemente de las tesis postmodernas y opuesta a las férreas constricciones de la modernidad filosófica.
Nacido en Turín el 4 de enero de 1936, se formó filosóficamente en la universidad de su propia ciudad para, posteriormente, continuarlo en la de Heidelberg, donde fue discípulo de Hangs-Georg Gadamer, padre de la hermenéutica. Fuertemente influido por el pensamiento de Friederich Nietzsche y Martin Heidegger, Vattimo se alejó de la metafísica clásica y los postulados modernistas del mismo modo que lo hicieron muchos otros pensadores de su época y posteriores, en parte por las tesis mismas y la deriva propia del pensamiento occidental y, en parte, influido por los acontecimientos del auge de las ideas de exaltación nacionalistas y de la fe ciega en la razón.
Vattimo es considerado como uno de los principales observadores de la postmodernidad, una corriente artística y filosófica que nace como respuesta a la modernidad y que, para algunos, supuso el fin de esta y el inicio de la liberación de su afán totalizador. Para algunos autores, la modernidad restringe y constriñe, y ante ella la postmodernidad abre la veda a nuevos discursos y formas de existencia, incluidas nuevas sexualidades y formas de pensar que se alejan de la lógica clásica y de las ideas que la filosofía ha desarrollado durante siglos desde el racionalismo y sus derivados.
Frente a este pensamiento fuerte, como Vattimo lo llamaba y que hacía referencia a ideas abstractas que estructuraban lógicamente todo el discurso y el sistema filosófico de un autor o una corriente, el filósofo italiano propuso el pensamiento débil, mucho más laxo en cuanto a la necesidad de axiomas, principios y fines bien planteados y desarrollados a priori para los discursos. No debe confundirse esta flexibilidad o el mismo concepto de debilidad con vaguedad en los términos o falta de desarrollo, sino que la tesis central es una ontología hermenéutica capaz de sobreponerse a sí misma y de no limitarse en sus propias acepciones y definiciones, por lo que carece de fundamentos estancos o fuertes. Así pues, el pensamiento débil aboga por la libre interpretación de los conceptos frente a la búsqueda de una verdad cerrada y unívoca.
Por otro lado, para Vattimo la postmodernidad suponía el fin de la modernidad entendida, precisamente, como etapa de rígidas convicciones, para dar paso a la conocida como postmodernidad, una nueva corriente que para algunos supone la liberación del pensamiento y, para otros, el triunfo del nihilismo.
Vattimo, a su vez, fue activo políticamente, siendo eurodiputado por el partido Demócratas de Izquierda, y también militó en el Partido Radicale y en el Partido Comunista. Las tesis marxistas, por cierto, fueron reinterpretadas en clave hermenéutica por el propio filósofo para hacerlo huir de sus postulados metafísicos férreos y abrirlo, precisamente, a tesis más liberadoras. Como él mismo destacaba, la cuestión no era cambiar el mundo, como señaló Marx, sino interpretarlo en lugar de limitarlo.
Como nota curiosa, Vattimo visitó Mallorca a principios de este siglo cuando participó en un seminario en 2001 sobre estética junto a Francisco Jarauta y Àngel Gabilondo Organizado por el Colegio de Arquitectos, en colaboración con la UIB y la Asociación de Artistas Visuales.
Su muerte supone el adiós de uno de los grandes pensadores del siglo XX y parte del XXI, con una extensa obra filosófica. Su archivo, por cierto, se encuentra en Barcelona, concretamente en la Universitat Pompeu Fabra bajo el nombre de Centro UPF para la Filosofía y los Archivos de Gianni Vattimo.