La mayoría de los consumidores ha reducido la compra de pescado, carne y aceite de oliva por la subida del precio de los alimentos en el último año, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que advierte del peligro de sustituir estos productos por otros menos saludables. Estos son los resultados de la encuesta realizada a 1.518 personas sobre los productos que han pasado a un segundo plano como consecuencia de la inflación acumulada. En concreto, la compra de pescado ha disminuido en mayor o menor medida para el 60 % de los encuestados, y la de la carne y el aceite de oliva, el 54 % y el 53 % de las personas, respectivamente, ha reducido de alguna manera su consumo.
El 50 % y el 45 % de los encuestados reconoce además que ha tenido que disminuir más o menos la compra de fruta y verdura fresca, o de los lácteos, aunque en menor medida ya el 30 % de los consumidores compra ahora algo menos que el año pasado.
La encuesta también revela que el 21 % de los españoles han desviado ese consumo hacia otros alimentos para así abaratar la cesta de la compra, pero ésta es solo una opción interesante, si son productos de calidad nutricional.
Los consejos de la OCU para poder alimentarse bien, si el bolsillo se ve afectado por la subida de precios, son los siguientes:
- Buscar variedades baratas. Por ejemplo, el kilo de jurel fresco en temporada cuesta unos 7,36 euros el kilo, frente a los 20,82 del salmón.
- Ir a los productos de temporada: en octubre, por ejemplo, priorizar el kiwi, el plátano, las uvas o las manzanas.
- Buscar congelados: las verduras congeladas son un 44 % más económicas que las frescas, y en concreto, las judías verdes, un 71 %.
- Mirar las marcas blancas: la leche entera de marca blanca puede ser hasta un 26 % más barata que una primera marca.
- Y también echar un vistazo a los productos en oferta por pronta caducidad porque en este caso el ahorro puede llegar al 50 %.