La reina Sofía celebra este jueves su 85 cumpleaños, con buen estado de salud y con el ánimo de seguir en activo en representación de la Corona en aquellos actos en los que Felipe VI delega en ella o en su faceta más social como presidenta de la fundación que lleva su nombre. «Estoy encantada, no me duele nada» es una de las frases que suele repetir a los periodistas doña Sofía cuando se le pregunta por su estado físico.
Desde la abdicación de Juan Carlos I, la reina Sofía pasó a un segundo plano, pero ha mantenido su actividad oficial como miembro de la familia real, sin afectarle la situación del emérito y su marcha de España en agosto de 2020 por la investigación que hubo sobre sus irregularidades fiscales.
En lo que va de año, la madre de Felipe VI ha participado en veinte actos oficiales, el último de ellos el pasado 27 de octubre en el nombramiento como rector honorario de la Universidad Camilo José Cela del investigador Emilio Lora-Tamayo, quien padece una enfermedad degenerativa que le obliga a ir en silla de ruedas.
Al tomar la palabra y dirigirse a Lora-Tamayo, con quien le une una estrecha amistad, doña Sofía no pudo evitar emocionarse, en una imagen que tuvo un amplio eco.
Su actividad oficial incluye viajes al extranjero, como el que protagonizó en enero al Vaticano para asistir al funeral del papa emérito Benedicto XVI o en mayo a Houston (Estados Unidos) para entregar unos premios. A sus actos en nombre de la Corona añade los que lleva a cabo regularmente como presidenta de la Fundación Reina Sofía en su faceta más solidaria.
En los últimos meses, ha proseguido sus visitas a bancos de alimentos de distintos puntos de España con los que colabora la fundación. También es fiel a su cita anual para recoger basura en el campo o en playas con organizaciones ambientalistas.
El 85 aniversario de doña Sofía llega dos días después de que su nieta, la princesa Leonor, cumpliera 18 años, un hito que festejó con una celebración familiar privada en la que estuvo su abuela y Juan Carlos I después de que ambos no estuvieran en los actos oficiales por el juramento de la Constitución de la heredera.
Como en su 80 cumpleaños en 2018 en el Palacio de la Zarzuela, la fiesta de Leonor de Borbón le sirvió a la emérita para volver a estar rodeada de toda su familia, una de las cosas de las que más disfruta. Con ella estuvieron sus tres hijos -Felipe VI y las infantas Elena y Cristina-, varios de sus nietos y Juan Carlos I, con quien coincidió por última vez el pasado mes de enero en Atenas en el entierro de su hermano, Constantino de Grecia, con quien doña Sofía estaba muy unida.
La emérita vive en el Palacio de la Zarzuela con su otra hermana, la princesa Irene, lo que le ha ayudado a sobrellevar la muerte de su hermano. Desde que don Juan Carlos se marchó a Abu Dabi a vivir, no consta que la reina Sofía haya ido a verle.