El príncipe Harry, hijo menor del rey Carlos III del Reino Unido, se plantea un regreso temporal a su país a fin de reparar su imagen pública, tras apartarse de las labores de la monarquía en 2020, según informan este lunes los medios británicos. El duque de Sussex, de 39 años, trata de "rehabilitar" su imagen en su país y mejorar su relación con su padre, quien este año reveló que es tratado por un cáncer del que no aportó detalles.
Al parecer, el príncipe ha consultando a amigos y antiguos ayudantes de confianza sobre una posible estrategia, y que entre las opciones figuraría un retorno a alguna obligación real discreta. Los duques de Sussex, padres de príncipes Archie y Lilibet, se mudaron a Estados Unidos después de dejar de ser miembros activos de la realeza en enero de 2020. En estos momentos, Harry y Meghan llevan una vida totalmente independiente del palacio de Buckingham. Afincados en Montecito, una de las zonas más exclusivas de Santa Bárbara (California), se dedican a la producción en compañías como Netflix y Disney.
Según los medios, un amigo de Harry cree que si éste vuelve al Reino Unido y participa en eventos de bajo perfil, podría volverse a ganar el apoyo del pueblo británico, después de que su imagen resultase empañada en el Reino Unido por las revelaciones que hizo en su libro Spare (En la sombra) sobre su tensa relación con su familia.
A finales de agosto, la prensa informó de que los príncipes William y Harry asistieron al funeral del cuñado de su madre, Robert Fellowes, en el condado inglés de Norfolk, pero no se dirigieron la palabra. El duque de Sussex viajó desde Estados Unidos para asistir al servicio religioso que tuvo lugar en la iglesia de St. Mary, en la localidad de Snettisham, en Norfolk, al este de Inglaterra. Fellowes, que murió a principios de agosto a los 82 años, fue secretario privado de la fallecida reina Isabel II y estaba casado con Jane Fellowes, una de las hermanas de Diana de Gales.
Según la prensa, los hermanos, que están distanciados, hicieron una aparición discreta y se sentaron por separado en el templo religioso. En su libro biográfico, Harry acusó a su hermano de haberlo empujado a un cuenco para perros en una pelea que tuvieron sobre la relación del duque con la actriz estadounidense Meghan Markle.