Los delfines son animales altamente sociales con complejos sistemas de comunicación. Al igual que ocurre con los humanos, estos cetáceos viven en sociedades y dependen de las interacciones entre ellos para mantener un equilibrio social saludable. Su manera de identificarse ante los demás es mediante silbidos característicos, y ahora un reciente estudio sugiere que estos silbidos podrían contener más información que solo la identidad.
Según explica la ecóloga marina Ekaterina Ovsyanikova, de la Universidad de Queensland (Australia), en un artículo en The Conversation, los delfines "usan diversos sonidos, como pulsos de ráfaga y silbidos, para comunicarse". Estos silbidos podrían clasificarse en dos grandes categorías: aquellos silbidos característicos, distintivos y únicos para cada individuo, y el resto, no característicos.
En el primero de los casos, se ha observado que los delfines utilizan patrones de frecuencia únicos para comunicar su identidad, unas señales que desarrollan durante su juventud y que mantienen durante toda su vida. "Al interactuar con otros, hasta un 30% del silbido de un delfín puede estar compuesto por su silbido característico", indica Ovsyanikova, que añade que "a menudo existe cierta variación en las versiones de silbido producidas por cada animal".
Por este motivo, su equipo de investigación analizó "el equilibrio entre la estabilidad y la variabilidad de los silbidos característicos para comprobar si pueden contener más información que la simple identidad del silbador".
Para ello, registraron grabaciones sonoras repetidas de un grupo de delfines mulares del Indopacífico. "Recopilamos numerosos casos de silbidos característicos producidos por los mismos animales. También utilizamos datos históricos recopilados del mismo grupo 15 años antes", ha asegurado.
Tras analizar los datos, los investigadores descubrieron que "si bien los patrones de frecuencia de los silbidos eran excepcionalmente estables, variaban en cierta medida". Según Ovsyanikova, "esto sugiere que, si bien los patrones de frecuencia de los silbidos característicos codifican la identidad, también es probable que transmitan más información, como señales emocionales o contextuales".
Los hallazgos también indicaron que "los machos muestran mayor variabilidad en sus silbidos característicos que las hembras", lo que "podría estar relacionado con las diferencias en sus roles sociales y la naturaleza de sus interacciones con los demás".
Esta ecóloga marina ha comparado los silbidos característicos de los delfines con los rostros humanos: "Los humanos llevamos información de identidad en nuestros rasgos faciales fijos. Al mismo tiempo, transmitimos mucha información adicional, incluyendo señales emocionales y contextuales, a través de expresiones faciales más transitorias. Al igual que los silbidos característicos, nuestros rostros combinan estabilidad y variabilidad en su 'paquete de información'", concluye.