¿Estás pensando en cruzar el charco? Si quieres viajar a Nueva York un factor importante a tener en cuenta es la fecha. Porque sí, Nueva York brilla siempre, pero cada estación te hace vivir la ciudad de forma diferente.
Si estás buscando vuelos a Nueva York, espera a leer este artículo: te contamos cómo es la Gran Manzana en cada época del año y cuál se adapta mejor al viaje que deseas hacer.
Primavera (marzo a mayo)
La primavera suele ser una de las mejores épocas, sobre todo por las temperaturas más amables. Tras el frío invernal, la ciudad comienza a florecer: los parques como Central Park, el Jardín Botánico o el High Line se llenan de colores y perfumes, y el clima, aunque variable, es más suave.
Además, hay menos turistas que en verano o Navidad, por lo que moverse por la ciudad es más fácil y agradable. Puedes caminar sin el agobio del calor ni el peso de los abrigos, y encontrarás menos colas en atracciones como el Empire State o la Estatua de la Libertad.
Es una época ideal si te gustan los paseos largos, los brunches al aire libre y los planes tranquilos sin aglomeraciones.
Verano (junio a agosto)
El verano en Nueva York es sinónimo de vida en la calle, eventos gratuitos y un sinfín de actividades. Con los días largos y soleados, la ciudad rebosa de energía. Desde conciertos en los parques hasta cine bajo las estrellas o las celebraciones de fuegos artificiales del 4 de julio….encontrarás planes para todos los gustos.
Eso sí, ten en cuenta que suele hacer mucho calor, las temperaturas pueden subir por encima de los 30º y la humedad se hace notar. Además, es temporada alta, lo que significa más gente, precios más elevados y colas más largas.
Pero, si quieres vivir una ciudad vibrante de planes culturales al aire libre y con ese bullicio veraniego tan neoyorquino, este puede ser tu mejor momento.
Otoño (septiembre a noviembre)
¿Lo tuyo son las películas? Entonces probablemente te habrás enamorado de Nueva York en otoño más de una vez. Y con razón.
La ciudad se tiñe de tonos rojizos, las hojas caen dejando un manto cálido en los parques y el clima es perfecto: fresco, pero no frío. Además, es una época ideal si quieres vivir el lado más cotidiano de la ciudad.
Es temporada baja (excepto en el puente de Halloween y las fiestas de Acción de Gracias), y se respira un ambiente más relajado que en verano.
Con su luz dorada y su aire templado, el otoño transforma Nueva York en el lugar perfecto para explorar sin agobios, entre cafés humeantes, librerías y museos tranquilos.
Invierno (diciembre a febrero)
Las luces, los escaparates, los mercadillos y la pista de hielo en Rockefeller Center hacen que diciembre sea uno de los meses más especiales del año y que viajar a nueva york en invierno sea un poco como entrar en un cuento de Navidad.
Sin embargo, hay que prepararse: el frío es real. Puede nevar, las temperaturas bajan con frecuencia de cero y el viento se cuela por cada rincón.
Pero, si te abrigas bien, la ciudad tiene un encanto único en estas fechas. De hecho, Navidad y Año Nuevo son temporada altísima.
En enero y febrero bajan los precios, y lo mismo hacen las temperaturas. A cambio, disfrutarás de museos, restaurantes y tiendas sin aglomeraciones.
Para quienes buscan luces, nieve y espíritu navideño... o una escapada más económica tras las fiestas, esta es la estación perfecta. Eso sí, tendrás que considerar el frío como parte de la experiencia.
Entonces, ¿cuál es la mejor época?
Depende de ti. Si quieres evitar las masas y tener una experiencia más local, apuesta por principios de primavera y otoño, o después de las fiestas de Navidad. Si prefieres la ciudad en su versión más animada, elige verano o diciembre.
Pero una cosa está clara: no importa cuándo vayas, Nueva York siempre tendrá algo que ofrecerte. Así que si ya estás comparando vuelos de Madrid a Nueva York piensa en qué viaje quieres vivir y déjate sorprender por la magia única que cada estación le da a la ciudad.