Iñaki Urdangarin, excuñado del rey, ha lamentado haber «perdido» a la infanta Cristina de Borbón y ha rememorado su paso por la cárcel, donde en sus primeros tres meses se hundió emocionalmente: «Lloré muchísimo», ha confesado. En el estreno del programa «Pla Seqüència» de La 2 Cat, Urdangarin ha mantenido una conversación de unos 55 minutos en catalán con el periodista Jordi Basté, en la que ha querido sacar a relucir «el Iñaki persona», tras su estancia en prisión por el caso Nóos.
Urdangarin ha recordado su paso por prisión, sentenciado por la Audiencia de Palma a seis años y tres meses por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias, si bien el Tribunal Supremo le rebajó la pena cinco meses al eximirle de falsedad en documento público. Ingresó en junio de 2018 en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila), donde estuvo hasta enero de 2021, periodo en el que logró permiso para hacer voluntariado y atender a personas con discapacidad, antes de ser trasladado al Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid), y en marzo de 2022 obtuvo la libertad condicional, una vez cumplidos dos tercios de la condena. «Fue muy duro», ha confesado Urdangarin, que ha dicho no estar nada «orgulloso» de cómo gestionó emocionalmente su situación en los primeros tres meses, porque lo pasó «muy mal», entró en un «bucle negativo» y «preocupó» a la gente de su entorno: «Lloré muchísimo».
En esos primeros tres meses encerrado, notó que se estaba «rompiendo» emocionalmente y, para salir de esa situación, pidió hacer «un curso de bienestar emocional». Se matriculó en un máster de psicología del coaching por la UNED y se sacó el título de entrenador personal, un aprendizaje que le permitió «gestionar el estrés, la tristeza». También le ayudó a salir del bache el hecho de poder entrenar con una bicicleta estática y «leer muchos libros y cartas», tanto de la familia como de amigos y de gente desconocida que «empatizaba» con él, así como escribir en unos cuadernos lo que le venía a la cabeza. Las visitas de familiares y amigos —prioritariamente de Cristina de Borbón y sus hijos, así como de sus hermanos y su madre— quedaron interrumpidas cuando llegó la pandemia de covid, por lo que cree que sufrió entonces «un castigo doble».
Urdangarin, que se separó de la infanta Cristina de Borbón en enero de 2022 tras casi 25 años de matrimonio, ha reconocido que una de las peores cosas derivadas de su paso por la cárcel fue romper su relación con ella. «Hay una pérdida muy grande: uno de los amores de mi vida, que es Cristina. Fue un periodo muy duro, lo pasamos muy mal durante todo este periodo, y tuvo consecuencias. Y sabe mal, porque es una mujer a la que quiero mucho», ha afirmado Urdangarin, que se ha mostrado «agradecido» y «orgulloso» de sus hijos, «ejemplo de resiliencia». Urdangarin, que ahora vive a caballo entre Vitoria y Barcelona, ha destacado sus vínculos personales con Cataluña, que fue su «lugar de infancia», ya que «veraneaba en Viladrau y vivía en Barcelona»; luego jugó en el equipo de balonmano del FC Barcelona, se casó en la capital catalana y sus hijos «son catalanes».
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