Rossy de Palma ha desvelado en una entrevista sus preferencias culinarias. La artista, conocida por su singular personalidad y su extensa trayectoria en el cine, ha abordado dos de los temas más candentes de la gastronomía española: la eterna disyuntiva de la tortilla de patatas y su plato favorito de la rica cocina nacional. Sus declaraciones, recogidas por Condé Nast Traveler, ofrecen una perspectiva sobre sus gustos, consolidando su imagen como un icono cultural que no teme expresar sus opiniones, incluso en el ámbito culinario. La entrevista, concedida desde el centro de autocuidado SHA México, ha servido de plataforma para que Rossy de Palma compartiera detalles sobre su estilo de vida y, por supuesto, sus inclinaciones gastronómicas.
Una de las preguntas giró en torno a la cuestión que divide a España: ¿tortilla de patatas con o sin cebolla? La actriz no dudó en posicionarse, afirmando con rotundidad: «Yo la hago sin, aunque respeto a los cebolleros, y bien hechita. El huevo, cuando baila, no». Esta declaración subraya su criterio personal y su respeto por las diferentes tradiciones culinarias, al tiempo que enfatiza la importancia de una cocción perfecta del huevo, un detalle crucial para los puristas de este plato.
Pero la tortilla no fue el único plato que acaparó la atención. Al ser consultada sobre su favorito de la comida española, Rossy de Palma expresó la dificultad de elegir. Sin embargo finalmente se decantó por una categoría muy específica: «Uy, qué difícil, es que hay muchos. Un arroz, ahora no se puede decir paella, ¡un arroz con cosas! Los arroces me vuelven loca». Esta afirmación no solo revela su predilección por los platos de arroz, sino que también alude, con un toque de humor, a la sensibilidad que rodea al término «paella» y la diversidad de preparaciones arroceras en España.
Su amor por este cereal es tal que, cuando se le planteó la hipotética situación de elegir un único producto para comer el resto de su vida, su respuesta fue inmediata y contundente: «¿Todo el rato? Wow. Pues arroz». El debate sobre la inclusión de cebolla en la tortilla de patatas es, sin lugar a dudas, uno de los más arraigados y apasionados de la gastronomía española. La postura de Rossy de Palma, al declararse partidaria de la versión sin cebolla, la sitúa en un bando claro dentro de esta contienda culinaria. Su afirmación «Yo la hago sin, aunque respeto a los cebolleros, y bien hechita. El huevo, cuando baila, no» no solo es una declaración de principios, sino también una lección sobre la técnica.
La actriz enfatiza la importancia de una tortilla bien cuajada pero jugosa, donde el huevo no esté líquido en exceso, lo que popularmente se conoce como «bailar». Este punto es crucial para muchos amantes de la tortilla, quienes buscan una textura perfecta que combine la suavidad del huevo con la consistencia de la patata. La ausencia de cebolla permite que el sabor de la patata y el huevo sean los protagonistas absolutos, una elección que muchos puristas defienden con vehemencia. Este plato, tan sencillo en apariencia, es un verdadero pilar de la cocina española, presente en bares, restaurantes y hogares de todo el país, y su preparación es objeto de innumerables discusiones y preferencias personales.
El arroz con cosas
La pasión de Rossy de Palma por los arroces es palpable y se manifiesta en su divertida expresión «un arroz con cosas». Esta frase, cargada de ironía y conocimiento de la cultura gastronómica española, es una forma de referirse a la amplia variedad de platos de arroz que existen en España, más allá de la icónica paella valenciana. La actriz evita deliberadamente el término «paella» para no entrar en las estrictas definiciones y debates que rodean a este plato, especialmente en la Comunidad Valenciana, donde su composición es objeto de un purismo casi religioso.
Al hablar de «los arroces me vuelven loca», Rossy de Palma abraza la diversidad y riqueza de la cocina arrocera española, que incluye desde arroces caldosos y melosos hasta secos, con ingredientes que van desde mariscos y pescados hasta carnes, verduras y legumbres. Esta versatilidad es precisamente lo que hace que el arroz sea un ingrediente fundamental en la dieta mediterránea y un pilar de la gastronomía española. Su elección de este cereal como el único alimento que comería «todo el rato» subraya la profunda conexión emocional y gustativa que tiene con este ingrediente, capaz de adaptarse a infinitas preparaciones y sabores.
¿Cuáles son los platos de arroz más populares en España además de la paella?
La riqueza de la cocina española en torno al arroz va mucho más allá de la mundialmente famosa paella valenciana, tal como sugiere la propia Rossy de Palma con su expresión «arroz con cosas». España cuenta con una tradición arrocera milenaria, influenciada por diversas culturas y regiones, lo que ha dado lugar a una impresionante variedad de preparaciones. Entre los platos de arroz más populares y apreciados, podemos destacar el arroz a banda, típico de la Comunidad Valenciana y Murcia, que se cocina con un caldo de pescado y marisco, sirviéndose el arroz por un lado y el pescado por otro. Otro clásico es el arroz negro, que debe su color y sabor característicos a la tinta de calamar, a menudo acompañado de calamares y gambas.
El arroz al horno, también valenciano, es una preparación contundente con costillas de cerdo, morcilla, garbanzos y patatas, cocinado en cazuela de barro. No podemos olvidar el arroz caldoso, una versión más líquida que puede llevar marisco, carne o verduras, muy popular en diversas regiones. Finalmente, el arroz con bogavante es una opción más sofisticada y festiva, muy valorada por su sabor intenso. Estas son solo algunas muestras de la infinita creatividad culinaria que España ofrece con el arroz como protagonista, demostrando que la elección de Rossy de Palma por este cereal es un reflejo de la diversidad y el arraigo de este ingrediente en la gastronomía nacional.
La opinión de figuras públicas como Rossy de Palma sobre temas tan cotidianos como la comida no es baladí. Las celebridades ejercen una influencia considerable en la sociedad, no solo en el ámbito de la moda o el entretenimiento, sino también en las tendencias de consumo y, por supuesto, en la gastronomía. Cuando una actriz de su calibre se posiciona en el debate de la tortilla o declara su amor por un tipo de plato, genera un interés inmediato y puede reforzar ciertas preferencias o incluso iniciar nuevas modas. Sus declaraciones son a menudo replicadas en medios de comunicación y redes sociales, llegando a un público amplio que puede sentirse identificado o, al menos, intrigado por sus elecciones.
Este fenómeno no es nuevo; desde siempre, las figuras prominentes han marcado pautas en diversos aspectos de la vida social. En el contexto actual, con la omnipresencia de las redes sociales y la cultura de la imagen, la influencia de las celebridades en la gastronomía se ha intensificado, convirtiéndolas en prescriptoras de facto. Sus gustos personales, ya sea por un plato tradicional o por una nueva tendencia culinaria, pueden tener un impacto significativo en la percepción pública y en las decisiones de consumo de miles de personas, demostrando el poder de su voz más allá de la pantalla.