La inteligencia artificial (IA) puede dotar de mayor agilidad a los trabajos de quienes se encargan de la defensa de los sistemas informáticos, reduciendo así la asimetría que da ventaja a los ciberdelincuentes con sus técnicas de ataque.
El empleo de técnicas de ataque tanto novedosas como más clásicas ha generado la percepción de que los ciberdelincuentes «llevan la delantera en agilidad». El vicepresidente ejecutivo de Seguridad, Cumplimiento, Identidad y Gestión de Microsoft, Charlie Bell, confía en que "la IA cambiará las reglas del juego", corriendo la asimería que sitúa en desventaja a quienes se dedican a la seguridad.
«La IA les permite ver, clasificar y contextualizar mucha más información y de forma mucho más rápida de lo que pueden lograr colectivamente grandes equipos de profesionales de la seguridad», explica el directivo en un editorial publicado en la web de Noticias de Microsoft.
Sin embargo, su desarrollo plantea todavía dudas sobre el potencial uso que se haga de esta tecnología. "Hay numerosas visiones distópicas advirtiéndonos de en qué se podría convertir una IA mal utilizada o descontrolada«, señala Bell, quien subraya que los seres humanos son los »responsables de su rendimiento, ética y crecimiento".
«Parte de esa responsabilidad recae en los políticos, los gobernantes y los poderes globales. Y otra parte recae en la industria de la seguridad, que ayuda a construir la protección que impide a los malhechores utilizar la IA como herramienta para el ataque», añade.
Bell defiende que es "crítico construir una comunidad de seguridad que crea en la apertura, la transparencia y el aprendizaje mutuo«, y considera que »aunque siempre habrá actores perniciosos que tengan malas intenciones, el grueso de los datos y la actividad que entrena los modelos de IA es positivo y por tanto la IA será positiva".