La World Wide Web (WWW), la red mundial que sirve para distribuir información entre los ordenadores a través de Internet, ha cumplido recientemente 35 años, tiempo en el que se ha convertido en «la capa fundamental de nuestro ecosistema en línea», como ha destacado su inventor, Tim Berners-Lee, que también ha aprovechado este aniversario para reflexionar sobre los cambios que ha experimentado y descatar los esfuerzos centralizadores de algunas plataformas.
La Red nació el 12 de marzo de 1989 en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (más conocida por sus siglas CERN) de Ginebra (Suiza) como «una herramienta para empoderar a la humanidad», a través de la colaboración, la compasión y la creatividad, como recuerda Berners-Lee en una carta abierta publicada en Web Foundation.
Esta intención se cumplió en la primera década de vida de la web, cuando «estaba descentralizada con una larga lista de contenidos y opciones, creó comunidades pequeñas y más localizadas, proporcionó empoderamiento individual y fomentó un valor enorme». Sin embargo, en la última década, «ha contribuido a erosionar» estos valores.
"Desde la centralización de plataformas hasta la revolución de la IA, la web sirve como capa fundamental de nuestro ecosistema en línea, un ecosistema que ahora está remodelando el panorama geopolítico, impulsando cambios económicos e influyendo en las vidas de personas en todo el mundo", apunta el científico.
Sus principales preocupaciones, que adelantó hace cinco años con motivo del 30 aniversario, se recogen en lo que llamó tres «fuentes de disfuncionalidad» que afectan a la Red y a las que el sector debe responder: los "intentos maliciosos y deliberados", como la piratería, los ataques patrocinados por estados, las conductas delictivas y el acoso en línea; los "sistemas que crean incentivos perversos y sacrifican los intereses del usuario", como el 'clickbait' o la publicidad falsa; y los "diseños benevolentes que, de manera involuntaria, generan consecuencias negativas«, entre las que menciona el »tono y la calidad atroz y polarizada del discurso en línea".
Ahora, cinco años después, destaca dos cuestiones que entienden que están relacionadas y que hay que abordar: "el alcance de la concentración de poder" y «el mercado de datos personales». En el primer caso denuncia un «modelo de negocio explotador» que «lucha por mantener a los usuarios enganchados a una plataforma para optimizar las ganancias mediante la observación pasiva del contenido».
Del segundo refiere que la explotación del tiempo y los datos de los internautas «con la creación de perfiles profundos que permiten publicidad dirigida y, en última instancia, control sobre la información que reciben las personas».
Berners-Lee considera que la situación no ha mejorado con la gobernanza ni con medidas regulatorias, pero ha destacado el surgimiento de un "nuevo paradigma«, un movimiento que »busca crear una red más centrada en el ser humano, alineada con mi visión original" y que identifica en los esfuerzos descentralizadores de plataformas como Bluesky y Mastadon, pero también de GitHub y los pódcast.
También ha mencionado el protocolo Solid, que forma parte de un proyecto presentado en 2018 con el que se intenta rediseñar el funcionamiento de internet mediante la construcción de una plataforma que dé a los usuarios el control de sus datos, a partir de un registro universal o inicio de sesión que funcione en todas partes, una ID para cada usuario y una API universal que permita a estos usuarios acceder a los datos desde otros servicios.
Este protocolo se presenta como una alternativa a la web3.0 para la descentralización de la web y, según el inventor de la WWW, el enfoque ya se ha puesto en marcha en Flandes, donde cada ciudadano tiene su propio 'almacén de datos personales en línea' o POD con la arquitectura de Solid.
"Este es el futuro de la propiedad y el control de los datos, y es un ejemplo del movimiento emergente que está preparado para reemplazar el obsoleto sistema vigente", ha apostillado.