Se acerca, se siente… no es posible conducir por las carreteras de la Serra sin encontrarte a docenas de ciclistas, la vía de cintura se ha colapsado ya varias veces, se hace difícil hasta caminar por el centro de Palma al coincidir 4 cruceros a la vez… son síntomas inequívocos del que la temporada turística ya esta aquí. Por lo menos en Mallorca, puesto que la semana pasada estuve en Menorca y muchos hoteles todavía estaban en obras. Además, alquilar un coche me costó 5 euros el día, supongo que será por la ley de la oferta y la demanda (o hay pocos turistas o muchos coches de alquiler) en la isla seguramente más estacional de todas.
No seré yo el que diga que no necesitamos el turismo, Dios me libre, el cicloturismo, el turismo de cruceros, turismo sanitario, gastronómico, cultural, senderistas, el de sol y playa, etc... Todos son bienvenidos porque la mayoría de residentes, en mayor o menor medida, nos beneficiamos del gasto que realizan y de los puestos de trabajo que se crean directa e indirectamente.
Pero, ¿de verdad que no se puede hacer nada, ordenar un poco, mejorar las infraestructuras? Soy de los que piensan que no se pueden poner barreras al campo, que la administración no debería legislar ni actuar más de lo necesario, pero seguro que se pueden mejorar muchas cosas.
Ahora bien, viendo lo chapuceros que son algunos intentando poner soluciones a los problemas de los ciudadanos, difícil lo veo.
Un ejemplo para solucionar el tráfico lo vimos recientemente cuando se intentó abordar el problema de los accesos a la capital; si vienes por la autopista de Inca (que tenía tres carriles) hacia Palma, se convierte en uno solo para incorporarte a la vía cintura (dirección Andratx), y se crean unos atascos monumentales por el efecto embudo.
El año pasado por fin se pusieron manos a la obra, y la solución fue crear un carril más. Pero no, no fue un carril más para entrar a la vía cintura, sino que ahora hay 4 en la autopista de Inca, por lo que se crean los mismos atascos, pero un poco más atrás.
Creo que a veces hace falta un poco más de sentido común de los políticos que nos gobiernan para abordar la necesidad de hacer que las Islas progresen sin comprometer el medio ambiente y las generaciones futuras.