El 2022 ha empezado nuevamente con dificultades derivadas de la odiosa pandemia que sigue azotándonos a todos. La sexta ola de la pandemia está golpeando con dureza. Y aunque es cierto que, gracias a la vacunación, la incidencia hospitalaria está siendo menor, en el aspecto laboral se está traduciendo en un incremento disparado de bajas por COVID (solo en el mes de diciembre aumentaron un 270%). Enero se despierta con menos ciudadanos trabajando y, en consecuencia, con una merma de la productividad empresarial. Nos preocupa el desbordamiento en la gestión de los trámites de las bajas laborales. Esta semana hemos exigido el alta y baja laboral simultáneo por COVID de siete días, como ya se han aprobado en otras comunidades autónomas. Seamos ágiles y eficaces para no dañar más el tejido productivo. Adaptémonos a la realidad y no pongamos más en peligro la recuperación que hemos iniciado en 2021.
A pesar de ello, como presidenta de los empresarios de Balears, y tal como dije en la Gala del Empresario el pasado 21 de diciembre, quiero ser optimista e incluso utópica. Queremos huir de las quimeras y afrontar el futuro con ánimo transformador.
Y como se trata de expresar los mayores deseos para el año que empieza, me gustaría que profundizáramos en un mayor equilibrio en los acuerdos público-privados, a todos los niveles. No me cabe duda que en el diálogo y el acuerdo está ese futuro más innovador, más sostenible y más competitivo. Debemos insistir en exigir todos aquellos mecanismos que son imprescindibles para que las empresas creen riqueza y bienestar. Régimen fiscal, menores cargas fiscales y administrativas, agilidad y eficacia para que los fondos europeos lleguen a las empresas, etc. Pero también asumimos compromisos.
Este año nos comprometemos, más que nunca, a impulsar modelos de gestión responsables que contribuyan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles.
En la Agenda 2030 de Naciones Unidas tenemos una magnífica guía para esa transición que deseo para Balears. Tenemos una oportunidad, medios para conseguirlo y conocimiento.
Sabemos que el gran enemigo de las empresas es la incertidumbre y, siendo cierto que hay muchos factores externos que no ayudan, como la inflación, las dificultades en la cadena de suministros o la crisis sanitaria. Nuestro deseo y nuestro compromiso nos deben ayudar a superar las dificultades y generar más prosperidad. Feliz año a todos.