Compartir coche eléctrico en Mallorca. Ecotxe es una cooperativa de carsharing eléctrico con sede en Palma. Ofrece servicios de alquiler de vehículos por horas. Alexandre Durán es el presidente de la cooperativa y el responsable de instaurar en Mallorca la iniciativa, que ya funcionaba con éxito en diferentes países del norte de Europa. Fue en 2015 cuando Durán, que no tenía coche, se decidió a montar la cooperativa en Esporles, donde se introdujo el primer coche eléctrico compartido. La idea se fraguó durante la Semana Europea de Movilidad del año 2015, pero no fue hasta un año más tarde cuando se formalizó.
Hoy, Ecotxe cuenta con cinco vehículos, todos eléctricos. El primero se adquirió a través de una campaña de micromecenazgo, mientras que los otros cuatro se compraron con las ganancias de la propia cooperativa. Cuatro de los coches se encuentran ubicados en Palma y el otro en Esporles.
El servicio de carsharing consiste en reservar alguno de los coches que hay disponibles durante un periodo de tiempo, habitualmente breve. Los usuarios deben dejar el coche en el mismo aparcamiento en el que lo han cogido. Es decir, en la plaza que tienen asignada. La reserva se hace siempre a través de la app de la cooperativa y los usuarios solo pagan por el tiempo en el que han utilizado el vehículo y por los kilómetros que han recorrido. Sin embargo, para poder utilizar los coches es imprescindible hacerse socio de la cooperativa y abonar un importe inicial. Cada socio, además, puede designar a dos personas que podrán también utilizar el servicio.
Durán cuenta que «uno de los coches se encuentra en Esporles porque había unos vecinos de la localidad interesados en poner en marcha la iniciativa. Contamos con la colaboración del ayuntamiento, que nos facilitó un punto de carga y nos asignó una plaza de aparcamiento público en la que solo puede estacionar el vehículo de la cooperativa». En Palma, es un servicio que «tiene bastante demanda, ya que la población es mucho mayor y, de esta manera, es más rentable», explica Durán. La cooperativa pretende crecer e instalarse en más municipios de la isla. «Hemos recibido varias peticiones de otros pueblos, también de Menorca y Eivissa. Las hemos estudiado, pero hemos tenido que rechazar algunas, ya que es necesario un mínimo de población para que el servicio sea rentable», confiesa su presidente.
Ecotxes cuenta con 250 socios entre empresas y particulares y cerca de 300 usuarios. Pymes, autónomos y familias que necesitan un segundo coche de forma puntual son los usuarios más habituales de la cooperativa. A lo largo de los años, el número de socios ha ido incrementándose, pero su presidente afirma que ahora no quieren aumentar el número de socios, puesto que consideran que faltan puntos de carga. «Si aumentamos el número de usuarios no podremos ofrecer un servicio de calidad porque no habría coches suficientes para todos y no podemos comprar más porque no hay puntos de carga suficientes. Además, los que hay a veces no funcionan y tampoco tenemos plazas donde estacionarlos. Es como un círculo vicioso», sentencia Durán. La cooperativa cuenta con cuatro plazas de aparcamiento públicas cedidas por el SMAP y el Ajuntament de Palma, que se encuentran en Via Roma, Antoni Maura, Santa Pagesa y Comptat del Rosselló. En cambio, en Esporles se estaciona en el aparcamiento de Ca l'Amet, cedido por el Ajuntament del municipio. La cooperativa aspira a alcanzar un acuerdo con el nuevo equipo de gobierno del ayuntamiento de Palma para aumentar el número de aparcamientos de carsharing.
Por otro lado, el funcionamiento del carsharing en otras ciudades es diferente, puesto que se puede coger y dejar un vehículo en cualquier aparcamiento del núcleo urbano. En cambio, la cooperativa mallorquina tiene asignados cuatro aparcamientos en cuatro parkings diferentes de Palma. «Si coges el coche que se encuentra en el aparcamiento de Via Roma debes dejarlo en Via Roma», señala.
Elena Omezzolli, trabajadora de la cooperativa, explica cual es el principal objetivo de Ecotxe. «No pretendemos ser un sustituto del transporte público, sino un complemento y así poder ayudar a aquellas personas que tienen carnet de conducir, pero no coche propio. La idea es que el carsharing sirva para acceder a aquellos lugares a los que no llega el transporte público».
El carsharing eléctrico tiene ventajas ambientales, sociales y económicas. «Las ambientales son evidentes, ya que el objetivo es sustituir los coches privados. Reducimos así los vehículos en circulación», argumenta Durán. El presidente de la Cooperativa expone que «en Balears hay un millón de coches y asegura que si todos ellos fueran de carsharing serían suficientes cien mil. Un vehículo compartido sustituye a diez coches particulares». En cuanto a la parte económica, Durán explica lo que conlleva tener un coche en copropiedad. «Todos los gastos son compartidos con los otros socios de la cooperativa. Solo pagas por el tiempo que utilizas el vehículo y dentro de este precio ya se incluyen todos los gastos que supone tener un coche propio», afirma el presidente.
Tanto Durán como Omezzolli admiten que dar el paso de utilizar un servicio de coche eléctrico compartido puede dar «vértigo», pero «los nuevos usuarios disponen de cinco horas gratis para probarlo. También les ayudamos a adentrarse en el carsharing. Hay muy pocos usuarios que después de probarlo se echen atrás», coinciden en señalar. Ambos están contentos del buen funcionamiento del servicio y de la acogida que ha tenido. La iniciativa ha ido sumando colaboradores, que no han dejado de aumentar. Las personas que forman parte de alguna de las entidades pueden utilizar el servicio. Los residentes de Esporles pueden acceder al carsharing durante tres meses sin tener que asociarse. La cooperativa cuenta también con voluntarios que contribuyen al buen mantenimiento de los coches.