A principios de julio, tuvo lugar la ceremonia de entrega de la segunda edición de los premios Empren Rural 2024, un certamen que pretende dar visibilidad a proyectos que contribuyan al desarrollo rural del territorio, potenciando la cultura emprendedora en el mundo rural e impulsando la actividad económica sostenible, entre otros objetivos. Uno de los cuatro proyectos ganadores de esta convocatoria, que CaixaBank y la Asociación Leader Illa de Menorca impulsan a través del programa ‘Tierra de Oportunidades', fue Solucions Agro, un servicio de asesoramiento dirigido a fincas agrícolas que ofrece acompañamiento tanto desde el punto de vista agroecológico como burocrático. Rosa Gil Muñoz, graduada en ingeniería agroalimentaria por la Universidad Politécnica de Valencia y máster en Agricultura Ecológica por la Universidad de Barcelona, es la impulsora de esta iniciativa empresarial que ofrece una ventana de oportunidad para el campo de Menorca, con el objetivo de asegurar el futuro y la viabilidad de las explotaciones.
BINISAFULLER NOU. La recuperación y conversión de una finca rural que ha estado abandonada durante años, siempre supone un difícil reto desde todos los sentidos pero al mismo tiempo, un gran estímulo para poder hacer que la vida vuelva a resurgir sobre ella. Este es el encargo que Rosa Gil aceptó hace dos años aproximadamente, cuando le propusieron llevar la gestión agraria y burocrática de Binisafuller Nou, un lugar situado en el municipio de Sant Lluís donde la nueva propiedad tenía la intención de poner en marcha una explotación agrícola propia.
«Estamos hablando que era una finca completamente abandonada y por lo tanto el trabajo consistía en recuperar los cultivos, diseñar la plantación, mirar qué variedades son las más idóneas según el suelo, su ubicación o los productos que se querían obtener. Parece un trabajo sencillo pero no lo es porque hay muchos factores a tener cuenta, desde la disponibilidad de agua o la influencia que pueda ejercer el cambio climático», explica esta profesional del campo. «Hablamos también de decidir la distancia entre plantas, de la orientación de la plantación o por ejemplo de un trabajo de estudio sobre la orografía para respetar los muros de contención o bancales que existían anteriormente con el objetivo de minimizar la erosión de tierra en caso de lluvias y favorecer su contención de cara al aprovechamiento», detalla.
En el caso de Binisafuller Nou, se ha empezado por la plantación de un viñedo de dos hectáreas con variedades de garnacha negra y viognier, de olivos con variedades italianas en una hectárea y media de terreno así como también de productos de huerta. «Cuando se recupera una finca, hay también un objetivo subyacente de diferenciarse con algún producto o en conjunto por la cualidad de los productos que se cultivan», explica Rosa Gil. En este sentido, una de las apuestas que le gustaría, «es hacer sobre esta finca, y que el jurado del premio Empren Rural valoró, fue mi interés en llegar a certificarla algún día como biodinámica, que es un tipo de agricultura ecológica que lo que hace es poner énfasis en trabajar de acuerdo a las energías de la vida, encontrando un equilibrio entre el hombre y la tierra, procurando asegurar la salud de los suelos y las plantas», comenta Gil. «También me gustaría apostar por hacer crecer plantas aromáticas como la lavanda y carnosas como las aloe veras», detalla.
La promotora de Solucions Agro ha podido contar con un equipo de trabajo interno como externo que le ha ayudado en su labor. «Colaborar con empresas locales, generando trabajo aquí es uno de los factores que también promueve la agroecología, que más allá del respeto por el medio ambiente, también busca este compromiso con la sociedad que la rodea», comenta.
EXPERIENCIA. La experiencia de haber podido trabajar en el asesoramiento y en la gestión de una finca real le ha permitido a Rosa Gil poder aplicar todos los conocimientos que adquirió en la carrera de Ingeniería Agroalimentaria y en el máster. «Todos los consejos que he dado en esta finca, han sido desde el punto de vista de la agroecología, de las cubiertas vegetales para mantener la humedad del terreno y la biodiversidad de la finca, de aplicar tratamientos ecológicos, del seguimiento y monitoraje de las plagas para hacer diana en el momento del tratamiento, entre otras cuestiones», comenta.
Otra cuestión importante de la gestión de Binisafuller Nou ha estado en la parte burocrática, que también ofrece su proyecto donde su experiencia desde dentro de la administración pública, le ha servido para poder moverse con mayor soltura. «Llevo siete años viviendo en la Isla y he notado un cambio muy importante en el campo de Menorca. Creo que hay una nueva generación de campesinos y ganaderos con ganas e inquietudes en todas las áreas. Es verdad que existe una orientación lechera muy fuerte pero también se están haciendo apuestas que ya no pasan tanto por la vaca frisona sino por la autóctona, en un híbrido entre queso pero también carne de gran calidad. También hay un trabajo que he podido comprobar de aprovechamiento forestal para los animales a través de las marinas y los bosques, lo que permite incidir en la prevención de incendios. Tras mi paso por Binisafuller Nou he notado que he aprendido muchas cosas que me permiten afrontar los próximos retos con optimismo y muchas ganas», concluye Rosa Gil. El primer paso de muchos que espera poder dar tras la experiencia adquirida.
OPORTUNIDADES. Desde que Acción Social CaixaBank pusiera en marcha en 2021, el programa Tierra de Oportunidades ha respaldado a más de 2.000 emprendedores y ha permitido firmar 71 convenios de colaboración con Grupos de Desarrollo Rural (GDR) como Leader Menorca con el objetivo de impulsar el emprendimiento rural y la inserción laboral. En colaboración con los GDR comarcales, la Red Española de Desarrollo Rural (REDR) y el promotor del emprendimiento Rural Talent, el programa colaborativo contempla formación, acompañamiento, visibilización a los emprendedores participantes y una convocatoria de ayudas a emprendedores, en la que 290 emprendedores han sido reconocidos y apoyados económicamente.
Hasta la fecha, Tierra de Oportunidades ha contribuido a impulsar más de 2.000 negocios (pequeñas empresas y autónomos) y a fijar población en sus respectivas comarcas. Además, en este período, la entidad ha firmado otros 19 convenios con entidades sociales que trabajan la integración social y familiar de personas en entornos rurales en peligro de despoblación. Los cuatro proyectos ganadores de Menorca optan ahora a poder incorporarse en septiembre al ‘Reto final 2024 de Tierra de Oportunidades', un concurso formativo de CaixaBank, en colaboración con la Red Española de Desarrollo Rural (REDR) y Rural Talent, para ayudar a los emprendedores a visibilizar sus proyectos.