Los ciudadanos de la Unión Europea (UE) pasarán al horario de verano el próximo domingo 30, como todos los últimos domingos de marzo, según lo establecido en una directiva de 2001 y con el objetivo de ahorrar energía optimizando al máximo la iluminación solar.
En la noche del sábado al domingo, los europeos dormirán una hora menos, ya que a las 02.00 horas de la madrugada en España se adelantarán los relojes y serán las 03.00.
La Comisión Europea (CE) decidió armonizar la fecha de inicio del cambio al horario de verano -que en un principio cada país decidía entre marzo y abril- para evitar desajustes como, por ejemplo, el que afectaba a los horarios de los trenes que cruzaban Europa.
El cambio de horario se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad.
Según los cálculos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar, mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
Si se contribuye al ahorro de energía durante todo el año, haciendo un uso inteligente de la iluminación en los hogares y siguiendo determinadas pautas o hábitos, puede permitir ahorrar hasta 100 euros al año, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera, recuerda el IDAE.
La medida del cambio de hora tiene, sin embargo, sus detractores, que alegan que genera efectos perjudiciales sobre la salud humana y animal, ligados a la secreción de melatonina, una proteína que regula el sueño.
Sin embargo, la CE presentó en 2007 un informe para revisar la repercusión del cambio horario en diferentes ámbitos, que reveló efectos positivos de la medida en áreas como la agricultura o la hostelería y ciertos ahorros energéticos.
Con el cambio del domingo, tres Estados miembros (Reino Unido, Irlanda y Portugal) se colocarán a una hora de diferencia del horario GMT, mientras que España, Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Croacia y Holanda situarán sus relojes a GMT+2.
Por su parte, Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía adelantarán la hora a GMT+3.