El hombre de 40 años que el 11 de septiembre del año pasado mató a martillazos a su hermano de 32 años, descuartizó y congeló su cadáver, ha aceptado este jueves una condena a diez años de prisión por homicidio tras reconocer los hechos, lo que ha evitado la celebración del juicio con jurado previsto.
La Fiscalía y la representación legal del acusado han alcanzado un acuerdo de conformidad en torno a un relato de los hechos según el cual el homicida, que había alquilado una habitación de su piso a su hermano, le atacó con un martillo tras una discusión.
El condenado confesó que se le hacía insoportable la convivencia con su hermano menor, que además compatibilizaba con el cuidado de una hija que entonces tenía 6 años y vivía con ellos en semanas alternas.
Los hermanos discutieron porque el mayor quería echar al otro de la casa y este se resistía. Entonces, el propietario de la vivienda cogió un martillo tipo maza y le golpeó en la cabeza hasta en cinco ocasiones, lo que le provocó la muerte.
Sobre las 19.00 horas de ese día, el homicida compró un arcón congelador, lo llevó a su casa e introdujo en él parte de los restos su hermano tras descuartizar el cadáver con un hacha. Lo que no cabía en el nuevo congelador lo guardó en el de la nevera.
Los hechos se descubrieron 19 días más tarde cuando el condenado se personó de madrugada en la Jefatura de Policía de Palma y relató que había dado muerte a su hermano y cómo había desmembrado y guardado el cadáver.
Los padres de la víctima y del acusado han renunciado a las acciones civiles y penales a las que tenían derecho y el autor del crimen ha aceptado la condena por homicidio con la agravante de parentesco, aunque se le aplica también la atenuante de confesión.
Esta mañana el acusado ha aceptado los hechos ante la Audiencia de Palma, que recogerá la condena planteada por la Fiscalía en una sentencia.