El año nuevo comienza con más dinero en el bolsillo de los trabajadores ya que el 1 de enero entró en vigor la reforma del impuesto sobre la renta (IRPF). Se trata de un tributo cedido al 50 % a las comunidades autónomas y a la reducción aplicada en el tramo estatal hay que añadir la rebaja aprobada por el Govern, que anunció el president Bauzá en el debate de política general de la Comunitat.
De este modo, las rentas más bajas de las Islas serán las más beneficiadas a final de año ya que Balears es una de las comunidades con los tipos bajos más reducidos del Estado, como puede verse en el gráfico adjunto. El tipo mínimo en el Archipiélago queda fijado en el 19,5 %, que resulta de sumar el 10 % estatal y el 9,5 % autonómico. En términos prácticos, significa que un contribuyente soltero y sin hijos que gana 15.000 euros anuales pagará por IRPF este año 1.212 euros ya que en Balears el tipo mínimo solo se aplicará a los primeros 10.000 euros.
En cualquier caso, para la retención que sufren los trabajadores en las nóminas no se tiene en cuenta la legislación autonómica. Es decir, las empresas realizan el cálculo como si las comunidades no hubieran legislado y la normativa autonómica se refleja cuando se liquida el impuesto. Los cambios aprobados por las comunidades se notarán cuando los contribuyentes presenten entre mayo y junio la declaración del IRPF del ejercicio 2015.
Los tramos y tipos que utilizan las empresas para fijar el porcentaje de retención son igual para todos los trabajadores con independencia de su residencia. A partir de este mes todos los contribuyentes verán cómo el porcentaje que les retiene su empresa en concepto del impuesto sobre la renta se reduce respecto a 2014. Con el mismo sueldo bruto, los trabajadores ganarán más dinero y la mayoría percibirán entre 20 y 35 euros más al mes. El mínimo exento se eleva a 12.000 euros.
En Balears también se aprobó que quienes tengan tres hijos o más podrán desgravarse entre 400 y 450 euros más al año; los mayores de 65 años podrán descontarse de la renta 115 euros y los declarantes de más de 75 años, 140 euros. Las personas con alguna discapacidad se podrán descontar entre 300 y 900 euros más de mínimo personal y familiar cuando hagan la declaración.