El vicepresidente del Govern y conseller d'Innovació, Investigació i Turisme, Biel Barceló, ha dicho, en relación a la acción de Arran en el Moll Vell de Palma, que «no se puede jugar de esta manera» con el turismo, que «es la principal actividad económica de Baleares».
En rueda de prensa, ha querido «dejar claro el rechazo del Govern» a este tipo de acciones y ha expresado que «de ninguna manera esta es la vía de expresar una opinión» que, por otra parte, considera «legítima». «La crítica y el cuestionamiento al modelo económico y turístico es legítima», ha remarcado.
A pesar de esto, ha destacado que «la manera de abordarlo no es esta» y ha reivindicado la tarea del Ejecutivo autonómico para «modificar el modelo actual», basado «en el turismo de masas».
Además, ha dicho que «ahora la han tomado con el turismo, pero turistas somos todos en algún momento» y ha expresado que también defiende «la redistribución de la riqueza que genera el turismo».
El sector pide que se condene «sin impunidad»
A su vez, la Asociación Mallorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes, Restauración de Mallorca, ha mostrado su «preocupación» ante las «protestas violentas y exageradas» de la organización Arran Països Catalans y ha afirmado que estos comportamientos deben ser «perseguidos» y «condenados sin impunidad».
Restauración de Mallorca ha considerado que si no se actúa de forma contundente contra esta organización juvenil «conflictiva», continuará manifestándose con «conductas violentas» contra el que han señalado como el principal motor de la economía balear, el turismo.
Además, la organización ha apuntado a las declaraciones de la directora general de Turisme, Pilar Carbonell, para señalar el rechazo mostrado por el Govern a los actos de Arran.
Si estos muchachos de Arran no fueran rojos como el tomate, seguro que la comprensión de Barceló: «La crítica y el cuestionamiento al modelo económico y turístico es legítima», sería menos. Seguro que, si después de censurar a esos auténticos “pata negra” del separatismo, Barceló no tuviera que patentizar y reafirmar su pedigrí “psemero”, su inteligencia aumentaría. De modo que no ligaría el allanamiento de un local, la intimidación a cuantas personas hallaron dentro y el procurar la ruina de sus dueños, con un fondo imaginario de disparidad sobre el modelo turístico, sino que reconocería el odio marxista en su más genuina expresión: “Los proletarios no tienen nada propio que asegurar, sino destruir todos los aseguramientos y seguridades privadas de los demás”. En esto están y a su “modelo turístico”, por las noticias, lo hicieron confeti.