El nuevo decreto para regular el uso del catalán en la sanidad pública balear no convence a los médicos. Así lo reconoció este miércoles el doctor Sergio Terrazas, representante del Sindicato Médico de Balears (Simebal), afirmando que «nosotros seguimos exigiendo que el catalán sea un mérito y no un requisito».
El Simebal, al igual que el resto de las organizaciones sindicales estudiará este jueves el borrador del decreto, que les fue entregado este miércoles en una comisión técnica presidida por el director general del IB-Salut, Juli Fuster, pero su intención es votar en contra de la nueva normativa en la reunión de la mesa sectorial que ha sido convocada para mañana viernes. El decreto tampoco convence a la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), su representante en la reunión, Guillem Vila, se quejó de que la reducción de la exigencia del catalán se limite a médicos, enfermos y auxiliares de enfermería, mientras que el personal no sanitario administrativo (que se rige por la Ley de Función Pública) se le da un plazo de dos años para que incrementen su nivel del B2 al C1. «No nos parece justo y seguimos defendiendo que el catalán sea un mérito», afirmó Vila.
El resto de sindicatos se mostraron moderadamente satisfechos. Jorge Tera, secretario general del Sindicato de Enfermería SATSE, afirmó: «hacemos una primera valoración positiva, pero ahora tenemos que estudiar el decreto en profundidad». Por su parte el secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Miguel Ángel Romero, afirmó que «es un avance muy importante» y resaltó que se ha atendido la solicitud de rebaja al B1 que había hecho su organización. La secretaria autonómica del Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE), Francisca Galmés, dijo que el decreto «mejora la ley de Función Pública» y abre el acceso al empleo público sanitario al margen del conocimiento de catalán. Para Natalia Valdés, representante de CCOO «la propuesta en un avance, ahora tenemos que estudiar bien la letra pequeña».