La llegada de inmigrantes extranjeros a las Islas aumentó un 33 por ciento en 2017 con respecto al año anterior, lo que provocó que Balears fuera la autonomía con un mayor aumento porcentual de población: el número de habitantes creció un 1,36 por ciento y el 1 de enero de 2018 vivían en Balears, 1.166.603 habitantes, según las Cifras de Población que ayer hizo público el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La llegada de tanta inmigración extranjera supone acercarse a las cifra de antes de la crisis. Hay que remontarse al año 2008 para encontrar unos niveles parecidos de inmigración, si bien los datos quedan aún lejos de esos inmigrantes extranjeros que llegaron en 2004.
Las cifras son aún provisionales para marcar un claro cambio de tendencia. Desde que estalló la crisis, en pleno 2008, la cifra de extranjeros que llegaban a las Islas fue menguando hasta el punto de que en 2013 el saldo migratorio fue negativo: se fueron más extranjeros de los que vinieron.
La tendencia afectó a la inmigración procedente de Sudamérica, que regresó a sus países de origen, pero también a la Europa, con un descenso en la llegada de alemanes y británicos. La tendencia comenzó a cambiar el año pasado y en 2017 las dos nacionalidades que emigraron en mayor número hasta las Islas fueron colombianos e italianos.
Llegaron 1.811 colombianos (un 77,3 por ciento más que en 2016) y 1.715 italianos (un 46 por ciento más). En conjunto, en 2017 llegaron 4.006 nuevos residentes de países de la Unión Europea y 3.337, de Sudamérica. Son, de nuevo, las dos regiones que aportaron un mayor número de extranjeros en 2017.
La suma de quienes llegaron del extranjero, de quienes lo hicieron de la Península y del saldo vegetativo, es decir, la diferencia entre nacidos y fallidos, hizo que la población de Balears creciera el año pasado en 15.668 personas.
De todo el aumento de población, 10.804 personas son nuevos residentes en las Islas que proceden del extranjero. A ellos se suman otros 3.043 ciudadanos que llegaron a Balears de otras comunidades autónomas y el resto, 1.849 personas, es el saldo vegetativo, es decir, al diferencia entre nacimientos y defunciones.
La conclusión del análisis de estas cifras es obvia: la población de Balears aumentó gracias a la inmigración y, más concretamente, gracias a la llegada de nuevos residentes extranjeros a las Islas.
La llegada de inmigrantes a las Islas unida a que el saldo vegetativo es positivo ha hecho que Balears se aleje cada vez más de comunidades muy similares en tamaño de población: supera en 100.000 habitantes a Asturias y Extremadura, comunidades que históricamente han sobrepasado a Baleares.
Que los inmigrantes extranjeros vuelvan de nuevo a Baleares tiene mucho que ver con la recuperación económica de las Islas, un fenómeno que se vio a las claras en los primeros años del milenio, con el boom económico y de la construcción. La población extranjera llegó a suponer el 23 por ciento del total de las Islas y, según los últimos datos del INE, en estos momentos está en el 19,9 por ciento.
Una de las consecuencias positivas de que se recupere la inmigración hacia las Islas es que con ella aumenta la tasa de natalidad, como lo demuestra el hecho de que el 30 por ciento de los niños que nacieron el año pasado en Balears era hijo de madre extranjera.