«El tiburón blanco ha vuelto y esto es una buena noticia, aunque sea una anécdota, ya que se trata de sólo un ejemplar», aseguró desde Cabrera el responsable de la expedición científica Alnitak 2018, Ricardo Sagarminaga.
El avistamiento «extraordinario», según lo calificó él mismo, confirma la recuperación de una especie sobre la que en los últimos años habían trascendido algunos avistamientos, pero no con la prueba gráfica del pasado jueves en las inmediaciones del Parque Nacional.
La última ocasión en la que se tiene constancia de la presencia de un tiburón blanco en Baleares se remonta a 1976, cuando uno fue capturado por pescadores del Port de Pollença. Medía más de seis metros y pesaba 2.500 kilos.
Sagarminaga explicó que el objetivo de la expedición «era ver orcas», además de cetáceos y tortugas durante las cuatro semanas que dura la investigación marina. Durante esta primera fase «hemos observado la recuperación del atún rojo, circunstancia que puede propiciar la presencia de los tiburones, una especie antes muy común en Balears».
En este sentido, el responsable de Alnitak 2018 resalta la importancia del canal entre la costa argelina y Baleares, «que es el equivalente al mar de Cortés por su riqueza marina; como también lo puede ser el mar de Alborán».
El presidente de la organización ecologista Oceana, Xavier Pastor, destacó la trascendencia que supone el avistamiento del tiburón blanco en las inmediaciones de Cabrera, «hecho que confirma la recuperación del ecosistema y, por tanto, la ampliación de los actuales límites del Parque, tal y como hemos solicitado». También destaca que la presencia de los grandes escualos en el Mediterráneo, ahora casi extintos, es un factor indispensable para «el reequilibrio» de la fauna marina.