Más de 50 jóvenes de Balears de entre ocho y 25 años han sido usuarios durante los últimos dos años del proyecto 'Ciber', dependiente de Proyecto Hombre, por presentar «un uso problemático y compulsivo» de las nuevas tecnologías y, en especial, de los videojuegos, de acuerdo a los datos manejados por la entidad.
La coordinadora del proyecto, psicóloga y terapeuta, Joana Maria Solano, ha explicado que 'Ciber' se inició en 2017 como un proyecto piloto a nivel estatal para trabajar en un programa educativo terapéutico con jóvenes que realizaran un uso problemático de las tecnologías, ante las demandas de profesorado y familias que pedían ayuda y asesoramiento en esta cuestión.
Así, desde 2017 cerca de medio centenar de usuarios de entre ocho y 25 años se han dirigido al equipo de Solano para recibir asesoramiento y apoyo a través de grupos de terapia que, actualmente, realizan 12 menores de Balears.
En este sentido, la última encuesta autonómica sobre el Uso de drogas en la enseñanza secundaria de Balears (ESTUD 2016-2017) revela que el 23,8 por ciento de los jóvenes entre 14 y 18 años de Balears realizan un «uso compulsivo de Internet», que en el caso de las mujeres es del 27,4 por ciento, mientras que en el de los hombres el porcentaje baja siete puntos hasta situarse en el 20 por ciento.
Además, el mismo estudio apunta que el 6,1 por ciento de los jóvenes entre 14 y 18 años en Baleares juega en Internet, siendo mayor la proporción de hombres (un 8,1 por ciento) que de mujeres (un 4,2 por ciento).
Indicadores de alarma: Tiempo ante la pantalla y falta de autocontrol
Según la experta, existen variables que pueden ayudar a identificar una posible situación de riesgo ante el desarrollo de un uso problemático o adictivo de las nuevas tecnologías con menores. Así, ha señalado que el tiempo ante la pantalla, la capacidad de cumplir con el horario de juego negociado con la familia o el control de los nervios al perder una partida son elementos «clave» a tener en cuenta.
Al respecto, Solano ha advertido de que muchas familias «tienen normalizado» el hecho de que los menores «pierdan los papeles» mientras juegan, pero ha insistido en que es un factor de riesgo que va en aumento.
Por otro lado, desde 'Ciber' han recomendado observar si el menor ha dejado de realizar actividades, ha modificado su rendimiento académico, horas de sueño o sufre una merma de su vida social para identificar un posible factor de riesgo.
«Hay que ser conscientes de que el uso de la tecnología no es inocuo, sino que, en función de las características personales de cada uno, hay más o menos factores de riesgo para desarrollar una adicción a la tecnología», ha expresado Solano.
¿Cuándo empieza una adicción?
«La línea entre el uso de cualquier dispositivo y la adicción en línea no es tan fina», avanza. La detección de que el menor «necesita» más horas para jugar, presencia del síndrome de abstinencia, sentimiento de angustia o un pensamiento recurrente en el juego son síntomas que pueden ayudar a identificar una posible situación de riesgo ante el uso problemático de las nuevas tecnologías.
Desde 'Ciber' han detallado que al servicio llegan familias «preocupadas» porque sus hijos «empiezan a ser agresivos», pierden los nervios mientras juegan, insultan de forma recurrente durante el juego, toman una actitud violenta y, en algunos casos, pueden llegar a agredir a familiares.
En este sentido, Solano ha censurado que el uso problemático de la tecnología «se ha normalizado» y que este hecho «puede generar muchos problemas». «Muchos padres hablan de la problemática con su entorno y otros padres le comentan que es normal. Que un padre le tenga miedo a su hijo por quitarle el WiFi no es normal», ha sentenciado.
Por ello, la psicóloga ha remarcado que establecer normas y tiempos de uso, prestar atención a posibles cambios en el respeto a esas normas y acompañar en todo momento al menor son elementos clave para la familia. De todos modos, ha insistido en que, debido a la pluralidad de casos, conviene acudir a personal experto para pedir información para que, posteriormente, se realice un diagnóstico y se valore cada caso de forma individualizada.