Una auxiliar de seguridad del aeropuerto de Palma ha fallecido tras ser operada de la pierna al caer por el empujón de un turista. La víctima, Herminia, de 64 años y nacionalidad argentina, murió el jueves por la noche tras ser intervenida en el hospital.
La agresión se produjo en torno a la una de la madrugada del sábado pasado. El extranjero, un alemán que acababa de aterrizar en Mallorca con su mujer y sus dos hijos, salió de la terminal de llegadas para fumar un cigarro. La trabajadora del aeropuerto le explicó que no podía volver a entrar y el hombre se alteró. Se puso muy nervioso, gritó y dijo que iba a perder la maleta si no le dejaba acceder al interior.
El turista veía cómo salían otros viajeros por la puerta e intentó entrar pero la auxiliar de seguridad se interpuso en su camino e insistió en que no podía volver a la cinta de maletas. El hombre empujó a la mujer, que se tropezó, cayó y se fracturó el fémur. Herminia gritó de dolor y pidió auxilio.
La Guardia Civil se desplazó enseguida hasta el lugar del suceso y detuvo al extranjero por un presunto delito de lesiones. El hombre fue puesto en libertad, pero no se descarta que vuelva a ser arrestado por homicidio imprudente.
O sea que un energúmeno agrede a una vigilante y según alguien que tiene la desfachatez de autotitularse "razonable" (sic) el agresor "no pretendía dañar a la señora". Algunos que comentan por aquí parece que tengan la cabeza llena de serrín en vez de materia gros. Con independencia de que la causa directa de la muerte de la mujer pudiera haber sido una negligencia médica, lo cierto es que el sujeto le rompió la pierna. Ese sujeto era violento y peligroso. Los siete angelitos (dos marroquíes y cuatro gitanos) que el otro día asesinaron a un chico en San Sebastián tampoco querían matarlo, sólo robarle y romperle unos cuantos huesos. En fin de todos modos, disfruten lo votado. El próximo puede ser usted. No seré yo el que disuada a los tontos de su pulsión suicida.