El debate surgido en los últimos años en las Baleares que cuestiona el turismo de cruceros ha calado en la sociedad. El rechazo a la llegada de este tipo de embarcaciones en los puertos de Baleares por parte de los ciudadanos ha crecido en el último año. Según una encuesta del IBES realizada para Ultima Hora y Es Diari durante la primera quincena de septiembre, un 25 % de la población considera que el coste de los cruceros es negativo, prácticamente el doble que los que opinaban lo mismo el pasado año. Por contra, el porcentaje de ciudadanos que piensa que su coste es positivo se ha reducido desde un 55 % a un 41,7 %.
Además, se incrementan en más de siete puntos los ciudadanos a favor de escalonar las visitas de cruceros –como quiere el Govern– y en cerca de cinco puntos los partidarios de restringir su llegada, como pide la plataforma contra los megacruceros integrada por más de veinte entidades ciudadanas. También aumenta el porcentaje de personas que opina que este tipo de turismo es responsable de la masificación, mientras disminuye la población que considera que debe potenciarse.
Por áreas, es especialmente relevante el caso de Palma, donde más debate ha generado la llegada de cruceros. Un 53 % de entrevistados considera que deben escalonarse sus visitas en la ciudad, un 25 % es partidario de restringirlas y solo un 16 % se manifiesta a favor de potenciarlos. En Ibiza y Menorca, donde la situación no es comparable a la de Palma, la diferencia entre los ciudadanos a favor de escalonar o restringir su llegada y los que quieren potenciarla es menor.
Pese al aumento de la población reticente al turismo de cruceros, una amplia mayoría de ciudadanos se manifiesta en contra de las acciones contra el turismo que se han llevado a cabo en los últimos veranos. Un 57 % de entrevistados las rechaza, frente al 29 % que las apoya. La mayoría de estas acciones antiturísticas en forma de protesta han tenido lugar en Palma, donde el porcentaje de población que las repulsa es más elevado, de hasta el 62 %.
Por último, casi la mitad de los ciudadanos de las Islas considera que la actividad turística es igual de sostenible este año que el pasado.