Si en 2020 la Conselleria de Salut contaba con un presupuesto aprobado de 1.727 millones de euros, la cifra a final de año se disparará alrededor de 220 millones más a causa de la emergencia sanitaria sobrevenida por el coronavirus.
Así lo recoge el Plan de reactivación y transformación económica y social que el Govern dará a conocer este miércoles y que estima que el presupuesto final de esta cartera sea de 1.950 millones de euros, el más alto de la historia.
De momento ya se han destinado 80 millones de euros a incrementar la plantilla, dotar de material de protección a la sanidad y la sociedad balear e implantar nuevos sistemas de gestión sanitaria y de control de la pandemia.
A esta partida se le añadirán otros 140 millones extraordinarios (que elevan el gasto a 220) para la movilización de recursos adicionales, que incluye, por ejemplo, la contratación de más de 700 profesionales.
La presidenta Armengol explicó este martes en el pleno del Parlament que se ha trabajado en diez ejes a corto, medio y largo plazo, consensuados con los agentes sociales y económicos, los consells insulares, la FELIB y el Ajuntament de Palma.
En el documento que se hará público este miércoles, se prevé una dotación de 20 millones de euros para conciertos y convenios con la sanidad privada que permitirán aliviar unas listas de espera que siguen creciendo a causa de la paralización sanitaria del estado de alarma, cuando sólo se atendían casos oncológicos o urgentes. La medida responde así a una petición que en su día ya hizo la Unión Balear de Entidades Sanitarias perteneciente a la CAEB, que para compensar la baja actividad prevista en un verano sin apenas turistas, pidió al Ejecutivo que las tuviera en cuenta para aliviar las listas de espera del sector público.
Si bien durante el pleno parlamentario los consellers afectados y la misma presidenta del Govern negaron que se vayan a hacer cualquier tipo de recortes en carteras consideradas esenciales como son Sanidad, Serveis Socials o Educació, los diputados de la oposición recordaron que para asumir los sobrecostes habría que hacer cambios presupuestarios.
«¿Cuándo presentará a esta cámara el plan de ajustes? La reformulación estructural de los presupuestos es urgente y lo visten de modificaciones de crédito, por la puerta de atrás, sin necesidad de tramitación parlamentaria», acusó la diputada de Ciudadanos Patricia Guasp a la consellera de Hisenda, Rosario Sánchez. Guasp pidió una auditoría integral «para eliminar el gasto superfluo y que el Govern «también se ajuste el cinturón». «¿Ha bloqueado ya los presupuestos? ¿Cuánto se endeudará la comunidad?», le preguntó a Sánchez el diputado del PP, Antoni Costa, quien añadió que «ya somos mayores para aceptar las consecuencias», refiriéndose al gasto sobrevenido.