Baleares no está entre las cuatro Comunidades Autónomas que aprueban en lucha contra la pandemia. En concreto, las Islas obtienen un cuatro de nota sobre 10, según un informe elaborado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).
Solo Extremadura, Murcia, Asturias y la Comunidad Valencia obtienen un aprobado por su actuación para hacer frente a la pandemia del coronavirus hasta que comenzó la nueva normalidad.
El informe de la FADSP, hecho público este viernes, se ha elaborado a través de las respuestas de expertos, profesionales sanitarios de todas las comunidades autónomas a los que se les remitió un cuestionario.
Según los resultados, el promedio de la puntuación a las administraciones sanitarias es de 3,92, de un rango de 1 a 7, y es Madrid la que menos puntos tiene, frente a Extremadura, que es la que sale mejor parada.
Junto a Extremadura, que obtiene un 7, aprueban Murcia, con 6,5; Asturias, con un 6; y la Comunidad Valenciana con un 5,5. Las causas que, según la FADSP, provocaron una peor o mejor situación comparativa de las comunidades dependen de un conjunto de factores: la densidad de la población y su movilidad, el porcentaje de trabajadores sanitarios infectados, pero también «ayudaron» factores como tener una población menos envejecida y más dispersa o climatológicos.
En este punto la FADS sostiene que las autonomías menos afectadas tenían un clima mas caluroso.
En cuanto a Canarias y Baleares, influyó la facilidad de aislamiento que supone la condición insular, así como el cierre de puertos y aeropuertos y el que la irrupción de la pandemia se produjera en un momento de temporada baja turística.
El informe destaca alguna comunidad como Murcia por su papel de la Atención Primaria en la detección y contención de contagios y la presencia de una «potente» red de centros de salud pública y de formación en salud pública de los profesionales en el caso de la Comunidad Valenciana.
Destaca el informe la escasez durante la primera ola de coronavirus de equipos de protección y la «mala situación» de las residencias, que ha sido un factor común en todas las autonomías.
En cuanto a la actuación de las administraciones sanitarias autonómicas el informe recalca como aspectos negativos la tardanza en actuar y la falta de refuerzo de la atención primaria, demoras en los resultados, ausencia e insuficiencia de sistemas de rastreo y el «abandono» de las residencias desde el punto de vista sanitario «especialmente en Madrid y Castilla y León».
Entre las positivas: la realización de PCR y su centralización en el sistema público, como en el caso de Asturias, donde también resalta la medicalización y refuerzo temprano de las residencias, una buena respuesta organizativa, en Extremadura, y la «rapidez» en adoptar medidas drásticas confinamientos, como en Castilla y León.
En cuanto a las contrataciones de personal de refuerzo, el informe señala que no fueron significativas, con excepción de Asturias que realizo 1.969 contratos.
Según la FADSP tras la primera ola de COVID-19, la actividad normal de la atención primaria no se ha recuperado y continúan las demoras en las citas.
Además, la respuesta ante el incremento de casos está siendo «generalmente insuficiente» debido a un escaso número de rastreadores en relación a la población, excepto Valencia (1/3.430 habitantes).
Sobre este punto, indica que en muchos casos, por ejemplo Galicia o Andalucía, contabilizan como rastreadores a los profesionales de Primaria, lo que hace que las cifras estén «sobredimensionadas».
Según la Federación, varias autonomías como Madrid «están aprovechando la pandemia» pero también «de forma significativa» en Andalucía, Aragón, Canarias y Comunidad Valenciana.