Finalmente ha habido 'efecto Illa', ya que el PSC ha logrado ganar las elecciones catalanas en votos y tener casi el doble de escaños que en las elecciones celebradas en 2017. Se trata de un hito, que los socialistas no lograban desde los tiempos de Pasqual Maragall.
El candidato del PSC, Salvador Illa, (La Roca del Vallès, 1966), ha anunciado este domingo que se presentará a la investidura. El socialista ha sido el gran protagonista de la campaña electoral, ya que desde que se anunció su candidatura se convirtió en objeto de todas las críticas, tanto de constitucionalistas como de independentistas.
Pese a ello, ha logrado mantener la calma y los buenos modales que le caracterizan. Sin embargo, su negativa a someterse a una prueba de coronavirus antes de un debate electoral ha encendido la polémica.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo convirtió en Ministro de Sanidad con la finalidad de lanzarlo a la carrera electoral y convertir el terreno perdido en las últimas elecciones, cuando el PSC logró sólo 17 de los 135 escaños en juego.
Sánchez le dio un área prácticamente sin competencias, ya que Sanidad está transferida a las comunidades autónomas, pero le explotó la pandemia. En ese momento, Illa se convirtió en la de las personas más conocidas de España y su gestión de la pandemia también se evalúa en estos comicios.
El resto de partidos lo han acusado de hacer carrera política desde el Ministerio de Sanidad, especialmente desde el inicio de la campaña de vacunación contra la COVID-19.
Salvador Illa es un hombre de profundas convicciones religiosas y, probablemente haya recurrido a ellas para sacar fuerzas en esta campaña, así como para gestionar la pandemia. Cuenta con una amplia experiencia de gestión, ya que además de ministro de Sanidad en plena pandemia ha sido alcalde de La Roca del Vallès.