La presidenta balear, Francina Armengol, y el presidente de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig, han reclamado este lunes a Madrid que tenga más en cuenta a la periferia en la toma de decisiones. Los dos gobiernos celebran desde este lunes una cumbre en Palma en la que pretenden que el Gobierno mire hacia el Mediterráneo a la hora de plantear sus políticas.
La presidenta ha señalado que esta cumbre es una reivindicación de la periferia. «Las decisiones tomadas desde la centralidad no tienen en cuenta la gran riqueza que podemos aportar otras comunidades», ha señalado Armengol, quien ha destacado que es necesario trabajar de una manera más compartida con la sociedad civil, con empresarios y sindicatos, con el tercer sector, con sectores culturales y con otros sectores determinantes para la economía del conocimiento. «Estamos ante una gran oportunidad de repensar la economía gracias a los fondo de la UE», ha dicho.
El presidente valenciano, Ximo Puig, ha señalado que esta cumbre debe servir para abrir un «espacio de consolidación y hacer una lanza en favor dela periferia». «Hay una manera de entender una España diferente, una España real basado en muchas miradas desde la diversidad y la suma permanente de identidades», ha añadido Puig. «Hoy empieza una nueva etapa de relaciones con Baleares que ayudará a una visión integradora de una España diferente», ha dicho.
Para el presidente valenciano es fundamental que Madrid se dé cuenta de que hay otras comunidades autónomas que deben jugar un papel en el conjunto de España. «Más allá de Madrid hay vida, e incluso inteligente», ha dicho.
Uno de los asuntos clave que se abordarán en la reunión es la reforma del sistema de financiación con una distribución que tenga que ver con la «realidad poblacional», según Puig. «Estamos preocupados porque hemos visto como tanto Valencia como Baleares estamos en una situación de divergencia con respecto a la media española, aunque partimos de posiciones diferentes», ha dicho.
Puig ha reclamado salir y «del atasco» en que se encuentra esta reforma. «No es posible aplazar permanentemente esta reforma. Es inaplazable y hay que generar los espacios de cohesión para conseguir la reforma lo antes posible», ha recalcado.
Los dos presidentes han señalado que la gran prioridad de ambos gobiernos es la pandemia y han destacado que su obsesión ha sido salvar vidas. «Estamos muy preocupados por lo que está pasando porque los jóvenes son los más castigados por el virus. Esta semana se verá la evolución y en su caso se tomarán decisiones», ha dicho Puig.