Ismael Gutiérrez (Palma, 1985) lleva cinco años al frente de la a Fundació Banc de Sang y Teixits de les Illes Balears. Licenciado en Derecho por la Universitat Autònoma de Barcelona, se había especializado en derecho público y gestión pública antes de llegar a este puesto. Hablamos con él sobre las reservas de sangre de la entidad, la habitual falta de donaciones durante la temporada estival y la edad de los donantes, un problema que le quita el sueño y al que hay que buscar solución.
El verano sigue siendo un problema para el Banc de Sang, ¿las donaciones descienden?
—El verano es una montaña rusa, ahora hay reservas suficientes pero la situación puede cambiar en cualquier momento. Por eso hacemos hincapié en que la gente venga a donar. Es un problema, sobre todo, en las zonas turísticas. Hace más calor, la gente que dona y está empleada en el sector servicios trabaja muchas horas, las vacaciones... nunca encuentran el momento para venir.
¿Cuál es la situación de las reservas de sangre en este momento?
—Ahora mismo estable. Contamos con 700 bolsas de reservas, pero lo adecuado sería contar con unas 1.000. Del grupo O+ estamos al 77 %; del 0- al 65 %, que es el donante universal, siempre muy necesario y escaso en la población balear; y del A- estamos al 80 %. Esto es una carrrera de fondo. Hay que seguir concienciando de donar sangre. Ayudas a muchos.
Llevan tiempo llamando la atención sobre la necesidad de captar nuevos donantes, ¿se hacen mayores los habituales?
—Tenemos unos 22.288 donantes activos, y de esos hay 16.286 habituales, es decir, que donan una vez al año. Se trata de una cifra adecuada. Pero la media de edad en nuestra Comunitat es de 43 años, y muchos se están jubilando. Por eso tenemos que atraer a los más jóvenes para que donen.