Salvo Podemos, el resto de los partidos que, desde 1983, han participado en el Govern de las Islas han ocupado la Conselleria de Turisme: el Partido Popular, el PSIB, Unió Mallorquina y Més per Mallorca, continuador del PSM. Biel Barceló (Palma, 1967) fue vicepresidente y titular de Turisme entre junio de 2015 y diciembre de 2017, cuando renunció a su cargo por la polémica que se suscitó después de viajar a Punta Cana, en el Caribe, invitado por una emisora de la que era tertuliano a un viaje que, en realidad, sufragaba Globalia. Barceló, que cuando dejó su cargo recuperó una plaza de funcionario, ha veraneado este año en Mallorca, concretamente en Portocolom. Desde allí ha conversado con este periódico. Como en su época de conseller, el debate sigue siendo el mismo: si es posible o no cambiar el modelo turístico y de qué manera.
Todos los gobiernos de izquierda, también en el que usted participó, se han movido entre promocionar y limitar el turismo.
—Sí, pero lo que faltado y falta es una planificación estratégica. Igual que, por ejemplo, hay una oficina de planificación estratégica para la gestión de los fondos europeos, habría que llegar a una planificación estratégica no de un año para otro, sino a una planificación del modelo que queremos, por lo pronto a 30 años vista. Eso es lo que nos ha faltado y tendríamos que haber empezado ya.
¿Y eso cómo se hace?
—Es cierto que esta legislatura no ha sido cómo esperábamos y que se cruzó la pandemia. Pero si se pueden planificar ayudas y fondos europeos, también se puede planificar el sector. ¿Cómo? Sentándose todas las administraciones. Es cierto que no tenemos todas las competencias; Sería fundamental la gestión de los aeropuertos, sobre todo en lo que se refiere a la regulación. Pero AENA no quiere saber nada. O sólo que sea el mercado el que regule. Pero tampoco en Balears las competencias son sólo del Govern. Tenemos una ley turística que se tiene que seguir desarrollando, es una ley positiva pero insuficiente; los ayuntamientos tienen competencias, los consells tienen competencias en ordenación y planificación. Con los de los cruceros se intentó hacer algo.
El Consell de Mallorca iba a aportar 1,8 millones al Mallorca con cargo a la promoción turística.
—Lo del Consell y su acuerdo es un absurdo, no aporta absolutamente nada. La posición de Més es la correcta y estoy de acuerdo en su estrategia. Hay que apoyar el deporte, nosotros lo intentamos y planteamos propuestas concretas pero no es leal actuar como se ha actuado.
Cada año es el mismo debate y la gente se queja de que este verano hay mucha gente. ¿Se puede cambiar el modelo de Baleares?
—Es cierto que este verano hay mucha gente... en según qué sitios. Yo ahora estoy aquí [se refiere a una playa de su lugar de veraneo, a la que llama «playa de los niños» y en la que está con su hija] y prácticamente estamos solos. Este verano hay en Mallorca mucha gente pero no sólo por el turismo. Yo me he quedado aquí pero entiendo a la gente que se va, pues ha hecho calor. Pero si te vas, mejor a un sitio fresco. Este año ha sido excepcional pero no sabemos qué pasará el próximo; está la situación económica, las consecuencias de la guerra de Ucrania. No es fácil hacer previsiones.
¿Se puede cambiar el modelo ?
—Creo que podemos mejorarlo pero no me parece realista que podamos cambiar el modelo basado en el turismo y sustituirlo por otra cosa. Balears no será nunca Silicon Valley aunque eso no quiere decir que no diéramos pasos para diversificar y promocionar otras actividades.
¿Lo ha hecho bien el conseller Iago Negueruela?
—En alguna cosa sí pero el PSIB va con el freno puesto, también en el turismo. Los socialistas han gobernado aquí y en el Estado y podría haberse aprovechado mejor esa coincidencia.
También le han acusado de ir demasiado de la mano de los hoteleros.
—Bueno, hay declaraciones de representantes hoteleros que dan a entender que también están en contra de la masificación. Lo importante es que haya ley turística e ir cambiando. No serán de un día para otro, a veces. También yo busqué acuerdos con la patronal y con los sindicatos.
¿Consiguió lo que se propuso en el Govern?
—Podría haber sido más resolutivo.
¿Se atreve a valorar la gestión de Més en el Govern actual?
—Cuando entras en un Govern de pacto no puedes aplicar todo lo que llevas en el programa. Me habría gustado que se hicieran más cosas pero la legislatura ha sido complicada.
¿Criticar a este Govern desde la izquierda es abrir la puerta a uno de la derecha?
—Espero que no. Confío que en 2023 se repita una mayoría de izquierda. La derecha es un bluf, no tiene proyecto.