Baleares se ha convertido en la provincia que encabeza el aumento de noches tórridas este año, con 13 más, según un informe del Observatorio de la Sostenibilidad (OS). Atendiendo a este estudio, a nivel nacional las noches tropicales, las tórridas y las olas de calor se han multiplicado en los últimos años en España, donde en 2022 un total de 202 días superaron la temperatura media respecto al periodo de referencia 1981-2010.
Así, sólo las noches tórridas, en las que la temperatura mínima no baja de 25 grados centígrados, se han multiplicado este verano respecto a la media. El estudio, facilitado a Europa Press, refleja también que el verano de 2023 ha tenido una temperatura de 1,3 grados centígrados que la media del periodo de referencia 1991-2020, lo que lo convierte en el tercer verano más cálido desde que en 1961 comenzaron los registros.
También ha aumentado, hasta 40, el número de días en los que se rebasa la temperatura de 30ºC respecto a 1975. Además, el número de jornadas en las que se superan los 35ºC desde 1975 ha llegado a unos 45 días, al tiempo que el número de días en los que se superan los 40ºC llegó a 17 durante 2022. Igualmente, el análisis de datos refleja que desde 2015 son cada vez más frecuentes los días en los que se rebasan los 45ºC.
En definitiva, en todos los casos se ha superado el número de días en los que se rebasa cada umbral de temperatura. El informe, presentado este jueves, recopila y analiza los datos del verano de la Agencia Estatal de Meteorología y de Copernicus junto a otras estimaciones de centros de pensamiento internacionales como Berkeley Earth.
El trabajo concluye que este verano fue el tercero más cálido desde 1961, con una temperatura media de 1,3ºC y que los ocho veranos más cálidos desde que hay registros se han producido en los últimos ocho años, entre 2016 y 2023. También apunta que la década de 2014-2023 ha sido la más cálida desde que hay registros y que en 2023, hasta el 3 de septiembre, se han contabilizado 202 días más cálidos, de un total de 265 días (verano) que la media del periodo 1981-2010.
El análisis observa que las noches tórridas se han multiplicado por cinco desde la media histórica observada entre 1991-2020. En concreto, durante 2023 se han contabilizado 240 noches tórridas frente a las 179 de 2022. En la misma línea ha subido el número de noches tropicales, en las que la mínima no baja de 20ºC, que se han multiplicado por 1,2 en 2023 frente 1511 a 1786. Durante el mes de julio también se incrementaron las noches infernales, que son aquellas en las que la mínima no baja de 30ºC, puesto que alcanzó ese valor en puntos como Melilla, Málaga o Tenerife.
Las ciudades donde más han aumentado las noches infernales son Barcelona, con una diferencia de más de 175 de incremento, seguida por Tenerife y Málaga, donde aumentaron de 65 a 70 días. El estudio refleja que de momento se salvan de un aumento pronunciado las provincias del norte del país, aunque en Cantabria hay picos cada vez más frecuentes desde el año 2000. De momento, encabeza el ranking de crecimiento del número de noches tórridas Baleares, donde han aumentado unas 13 noches, seguida por Tarragona, Almería, Melilla y Murcia. Por su parte, Jaén, Tenerife, Almería, Melilla y Málaga empiezan a observar noches infernales. Este año, vivieron una el 20 de julio y otra el 2 de agosto.
Olas de calor
El trabajo detalla las cuatro olas de calor contabilizadas este verano de 2023 en España. La primera del 9 al 12 de julio y la segunda del 17 al 19 de julio. En esas jornadas se registraron 44,5ºC en Córdoba el día 17; 44,2ºC en los aeropuertos de Málaga y Granada los días 10 y 19 de julio y en Murcia-Alcantarilla, el 19 de julio se llegó a 43,9ºC.
Asimismo, la tercera ola de calor se produjo del 7 al 12 de agosto y la cuarta comenzó el 20 de agosto, con temperaturas récord de hasta 46,8ºC alcanzados en el aeropuerto de Valencia. En total, las olas de calor en 2022 llegaron a 41 días de duración, una cifra nunca antes alcanzada y que duplica la media de los últimos 10 años.
El informe asegura que desde 2015 todos los años han presentado «extraordinaria gravedad respecto a las olas de calor, convirtiéndose casi en el nuevo normal» cuando antes excepto en 2012, 2003 y 1991 eran casi anecdóticas. Por ello, afirma que las olas de calor se han duplicado en 2022 hasta llegar a 13,6 días de media de duración, algo que sólo se había alcanzado en 2015, pues en los años previos la media de extensión por ola de calor era de unos cinco días de duración. En la misma línea, el trabajo apunta que también ha crecido la extensión de las olas de calor, que este año ha llegado a afectar a 40 provincias.
También supera «todos los registros anteriores» la anomalía máxima de temperatura registrada en el conjunto de todas las olas de calor registradas en 2022, con un valor de 4,5ºC. De acuerdo con el informe, el Observatorio de la Sostenibilidad pide incrementar las «obligatorias» políticas de adaptación al cambio climático, ya que todo apunta a que en el futuro habrá cada vez más noches de estas características y que las olas de calor serán cada vez más frecuentes, presentarán más intensidad y duración.
«Todas las políticas deben tener en cuenta estas evidencias», insiste el centro de investigación, que insta al futuro gobierno a luchar contra el calor extremo y la emergencia climática como un «eje prioritario» de las políticas públicas. La doctora en Ciencias Físicas y una de las autoras del informe Elena González Egea ha manifestado que con estos datos se puede ver que en España la población está «sometida a riesgos mucho mayores que hace tan solo unos años debido al aumento de las temperaturas».
«Se hace cada vez más urgente la creación e implementación de medidas eficaces de adaptación. España es el país de Europa más vulnerable al cambio climático, y sus efectos ya están siendo devastadores», reflexiona. En la misma línea desde el Observatorio de Sostenibilidad, Carlos Alfonso subraya la importancia de las alertas tempranas en las olas de calor y calor extremo y reclama mejor información real, más actualizada y bases de datos de buenas prácticas así como estudios coste-beneficio para ver la eficacia de las medidas.
Finalmente, el portavoz del Observatorio de Sostenibilidad, Fernando Prieto, ha defendido la «necesidad radical» de implantar políticas públicas «desde ya» y que estén basadas en un enfoque científico para proteger a las personas y adaptar los ecosistemas urbanos, renaturalizando la ciudad, eliminando coches de combustión el centro o aislando las viviendas, para que desparezcan las islas de calor y disminuir el riesgo ante el cambio climático«. A su juicio, las políticas que no vayan en esta dirección producirán »directamente problemas de salud y muertes por calor en la población más vulnerable".
En definitiva, el OS urge a adoptar un plan de medidas «muy pensadas y radicales» para adaptarse al incremento de temperatura en las ciudades, teniendo en cuenta la diversidad de situaciones en cada ciudad. Entre sus propuestas para las ciudades plantea la implantación de sistemas de alerta temprana, solucionar la pobreza energética, aumentar la vegetación y el agua en las ciudades, favorecer el incremento de sombras con pérgolas, cambiar el arbolado, aumentando las zonas blancas, promover la instalación de tejados solares, la movilidad sostenible, el fomento de la bicicleta y las zonas peatonales o el crecimie