La dirección de Vox pierde el control sobre el grupo parlamentario. La división en el partido ha llegado a tales niveles que en estos momentos puede hablarse de que existen dos Vox diferentes: el que está al mando del partido, que dirige Patricia de las Heras y Fulgencio Coll, y el que está sentado en el Parlament, que es el que tiene en su poder los votos para que Marga Prohens apruebe las propuestas que llegan a la Cámara.
La división volvió a quedar patente este lunes cuando Vox informó de la nueva composición de la cúpula del partido en las Islas. Finalmente no será Antonio Salvá el secretario general del partido, como quería Fulgencio Coll. La propuesta fue rechazada por la dirección de Madrid, que en su lugar ha designado al portavoz de la formación en el Consell, Toni Gili.
En manos de Fulgencio Coll
El partido queda ahora en manos de los fieles a Fulgencio Coll, que están más en sintonía con la dirección nacional del partido. Patricia de las Heras sigue de presidenta y Fulgencio Coll, de vicepresidente. A ellos se les añaden ahora los nombre de Toni Gili como secretario general y de Antonio Salvá como responsable de organización territorial de la formación en las Islas. Con la incorporación de Gabriel Le Senne como vocal, la nueva cúpula de Vox incluye a los dos diputados del Parlament fieles a la dirección, pero el resto de diputados queda fuera de los órganos de decisión.
Tras la salida de Xisco Cardona y su dimisión como miembro del grupo parlamentario, en el sector crítico se incluyen Idoia Ribas, Sergio Rodríguez, Agustín Buades, Manuel Cañadas y María José Verdú. Entre ellos y la dirección no hay vínculos y las tensiones en el seno del grupo parlamentario son evidentes los martes, en el transcurso de las sesiones plenarias.
Los problemas en Vox comenzaron a salir a la luz tras la salida de Jorge Campos como líder de la formación en las Islas y su relevo por Patricia de las Heras, una mujer cercana a la dirección nacional del partido ya que era diputada en el Congreso. Sin embargo, el verdadero triunfador fue Fulgencio Coll, enfrentado desde hace tiempo a Jorge Campos y a su núcleo de poder.
Las tensiones se pararon momentáneamente durante la negociación de los pactos, pero volvieron a aflorar cuando parte del grupo parlamentario se rebeló contra la dirección de Madrid y decidió no apoyar el techo de gasto de Prohens. La crisis se recondujo finalmente, pero poco después se produjo la dimisión de Sergio Rodríguez como secretario general de la formación. La elección de Toni Gili y las nueva composición de la cúpula del partido en las Islas deja sin presencia en la dirección al sector crítico.