Los casos de cáncer han aumentando a nivel mundial y los expertos están muy preocupados por este asunto. Baleares no es una excepción y también se ha detectado un incremento de esta patología, que se cobra la vida de muchas personas cada año. ¿Por qué está sucediendo esto? El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, ha realizado un análisis para Ultima Hora y explica las claves más importantes.
En este sentido, March precisa que un total de 6.511 baleares fueron diagnosticados de diferentes tumores en el ejercicio 2023, mientras que 2.426 fallecieron a causa de esta enfermedad. Respecto a 2022, el crecimiento es del 3,7 %, tanto en casos como en fallecimientos. Los tipos de cáncer más prevalentes fueron los de colon, con alrededor de 900 diagnosticados; el de mama y el de pulmón.
¿Por qué aumentan los tumores?
El prestigioso especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva advierte que el «tabaco, el alcohol y la obesidad son factores clave del aumento de la incidencia del cáncer, mientras que la contaminación del aire sigue siendo uno de los principales factores de riesgo medioambientales». March resalta que «un problema añadido es que los tumores en personas menores de 50 años han crecido casi un 80 % en tres décadas».
También sostiene que «los hábitos de vida actuales están influyendo», aunque matiza que «esta variable por sí sola quizás no lo explica todo. No ayudan ni las dietas tipo dietas ricas en carbohidratos y comida procesada que favorecen la obesidad; ni tampoco el sedentarismo, ni hábitos tóxicos como el tabaco ni el alcohol».
No obstante, precisa que «no se sabe si hay algo más influyendo que explique la aparición cada vez mayor de casos precoces del cáncer solo por esos factores y en algunas poblaciones». En este punto, explica que «la interacción de estos factores externos con el genoma puede condicionar la aparición de enfermedades. Se piensa que estos factores pueden estar alterando la inmunidad de las personas o la composición del microbioma desde el período prenatal».
March señala que «lo que parece es que lo que vemos ahora es el resultado de décadas de exposición. No se sabe cuánto pesa cada factor de riesgo en un momento determinado de la vida y cómo interactúan entre ellos. Y se sabe que a nivel molecular, los pacientes jóvenes tienen tumores muy parecidos a los que se dan en pacientes más mayores». Otro dato relevante es que «los antecedentes familiares y los síndromes hereditarios pueden justificar una porción de nuevos diagnósticos. Pero la mayoría de casos son esporádicos (sin vínculo familiar o hereditario) y, por tanto, no tenemos una explicación clara».
¿Qué medidas se deben adoptar?
A su modo de ver, ante esta situación «necesitamos aumentar los programas de cribados, aunque la mayoría de estas pruebas se suelen realizar a partir de los 50 años, no antes. Además es imprescindible disminuir de forma importante las listas de espera diagnósticas y quirúrgicas; así como aumentar el tiempo de atención del médico de familia y disminuir los tiempos de espera para una consulta en Atención Primaria».
El especialista en Salud Pública destaca que «la comunidad científica tiene el reto de conocer las secuelas que le puedan quedar a los enfermos de cáncer del tipo de tratamiento o las cirugías; así como su impacto en su calidad de vida. Además, está el riesgo, a largo plazo, de aparición de otro tumor, que también es mayor con más problemas psicosociales, de estigma, de afectación en la salud mental y de impacto en la vida laboral, o incluso, en aspectos reproductivos o relacionados con la sexualidad».
Por último, insiste en la necesidad de «reforzar la divulgación sanitaria para disminuir y recordar la importancia de la protección ante el sol, porque la incidencia de lesiones cutáneas también está creciendo en sitios con altos niveles de sol como es Baleares».