La negociación del nuevo convenio autonómico de la madera y el mueble en Baleares, que afecta a cerca de 2.000 trabajadores, se encuentra en punto muerto. Así lo ha denunciado este miércoles la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT (UGT-FICA), que acusa a la patronal del sector, la Federació de la Fusta, de actuar con «mala fe» durante el proceso negociador.
Según ha informado el sindicato, desde que el convenio expiró el pasado 31 de diciembre, únicamente se han celebrado dos reuniones formales entre ambas partes, sin que se haya producido avance alguno. Las propuestas sindicales, centradas en una mejora sustancial de las condiciones laborales y salariales, han sido desestimadas por la patronal, que las ha calificado de «carta a los Reyes Magos».
Desde UGT-FICA lamentan la actitud empresarial y advierten que la oferta económica presentada por la Federació de la Fusta (un incremento salarial del 3,6% repartido en cuatro años) no solo es insuficiente, sino que consideran que representa un desprecio hacia los trabajadores de un sector que arrastra años de precariedad. En algunos casos, señalan, los sueldos actuales se sitúan por debajo del salario mínimo interprofesional.
«Nos encontramos ante una propuesta insultante, sobre todo si tenemos en cuenta que desde 2021 los salarios apenas han subido un 5,5%, mientras las empresas han recibido importantes ayudas europeas», han recalcado desde el sindicato. En este sentido, UGT-FICA denuncia que el proceso de modernización del sector se está llevando a cabo «a costa del empobrecimiento» de la plantilla.
Ante este estancamiento, el sindicato ha anunciado que iniciará una ronda de asambleas en los centros de trabajo para informar a los empleados del estado de la negociación y para consensuar posibles medidas de presión que obliguen a la patronal a modificar su postura.
«Vamos a seguir luchando para dignificar las condiciones de vida de las trabajadoras y trabajadores del sector», ha afirmado la central sindical, que también ha advertido de que la falta de avances podría poner en riesgo el futuro del tejido industrial vinculado a la madera y el mueble en Baleares.
Cualquier motivo es bueno para terminar con una buena mariscada. No hacen nada, solo mangonear. Vagos, zánganos e inútiles.