Una de cada 100 personas en España ha caído en manos de una secta. Hay 250 de estas organizaciones perfectamente indentificadas en el país, de ellas al menos 30 operan en Baleares. La naturaleza, las vistas paradisíacas, la proximidad del mar y la desconexión, hacen de las Islas un destino perfecto para los retiros espirituales, filosóficos y de yoga, pero los expertos advierten que no todo es lo que parece. Puedes acabar metido en una espiral sectaria de la que no es fácil salir.
Lo peor es que las sectas no son ilegales en España. La justicia castiga sus prácticas punibles, como la estafa, el abuso físico, emocional o sexual, pero no puede ilegalizar las sectas como tales. Detrás de un fenómeno invisible que se cuela poco a poco en la sociedad hay 400.000 familias que luchan en España para recuperar a sus seres queridos. El matrimonio formado por Daniela Vidal y Javier García, afincados en Mallorca, conoce ese dolor de primera mano.
Hace apenas cinco años su hija B.G. contó en primera persona a a Ultima Hora cómo fue captada por un presunto falso gurú en Ibiza, Michael Murray. «Fue en octubre de 2019 cuando decidió viajar a la Isla donde trabajaba su hermana, para intentar montar un grupo de música. En noviembre dejó de comunicarse con nosotros y en diciembre presentamos la primera denuncia», explica su madre Daniela Vidal. Entonces la joven tenía 25 años. Su sorpresa fue que cuando la Policía Nacional la localizó, ella les dijo a los agentes que estaba bien, que se había ido por propia voluntad y que no quería ser localizada. «El policía que nos llamó nos dijo que no les gustaba la gente con la que estaba, pero que no podían hacer nada», lamenta.
La siguiente vez que supieron algo de B.G. fue cuando les llamaron del hospital de Can Misses donde había ingresado herida por una pedrada a pocos centímetros del ojo. «Era el 8 de agosto de 2021, deliraba y la ingresaron en el área de psiquiatría, donde estuvo durante más de un mes. Tiene un trastorno bipolar, es una chica muy buena, pero si deja la medicación todo se desmorona», dice la madre.
Recuerda cómo «a los pocos días del ingreso en cuanto empezó con la medicación se dio cuenta de lo que realmente había ocurrido, que estaba en las garras de un falso gurú. Jamás hubiera imaginado que algo así nos podría pasar». A partir de ese momento vieron la luz. Durante el ingreso se dio cuenta de lo que había ocurrido y llegó a presentar denuncia contra Murray. Contó en distintos medios de comunicación que éste decía que era un arcángel capaz de curar el cáncer con sexo y que presuntamente había abusado mental, física y sexualmente de ella y de otra chica durante casi dos años. Malvivían pidiendo limosna y durmiendo en una tienda de campaña o al raso. Quiso dar su testimonio a este periódico para ayudar a sacar a la compañera con la que había vivido ese presunto calvario, pero no lo consiguió.
Tras su denuncia Michael Murray llegó a ser detenido por la Policía Nacional, pero el juez le puso en libertad con la obligación de no salir de la Isla, y comparecer periódicamente a la espera de que se celebrara el juicio. ¿Por qué cuenta ahora su madre esta historia? El drama es que desde el 17 de marzo de este año no saben nada de su hija. Legalmente no tienen pruebas de que haya vuelto con el gurú, aunque su madre afirma que varios testigos la han visto junto a aquella compañera que quiso salvar en condiciones deplorables.
«Es como si se la hubiera tragado la tierra. Primero la vieron en Cáritas con la otra chica, luego un amigo de su hermana la vio entrar en un club de marihuana en Ibiza. Me marché hasta allí y estuve durante días esperando sin conseguir dar con ella. Al final le dejé mi teléfono a una persona del local para que me llamara si volvía y al día siguiente se presentó alteradísima en los juzgados diciendo que se había ido por problemas con sus padres. Ha ido a quitar la denuncia que le había puesto a este hombre que le hacía cosas horrorosas, mi hija nos contó que les hacía aberraciones que no puedes ni imaginar», afirma.
El 23 de abril presentaron denuncia de desaparición y vuelta a empezar. «Nuestra abogada ha presentado un informe médico que dice que está en grave riesgo social y físico para pedir la medida cautelar de que la busquen y la lleven al psiquiatra, pero de eso hace más de un mes y aún no se ha movido nada», lamenta. Su mayor miedo es que no haya un dictamen en los próximos días. «Nos tememos que en agosto se paralice todo y tenemos miedo a que le haga daño, que la intente matar sabiendo que la denunció, que la saque de España…», dice desesperada.
«Secta y drogas en Ibiza, ¿Conseguiremos que la justicia ordene el ingreso de nuestra hija enferma psiquiatrica, antes de las vacaciones judíciales?», se pregunta su esposo Javier García.
La madre lamenta que «la lentitud en el Juzgado de Ibiza permite que la vida de nuestra hija este en peligro cada día. Controlada por un falso gurú, delincuente conocido que la agredió brutalmente hace 4 años, sobreviviendo milagrosamente». Ambos son conscientes de la limitaciones que tiene el sistema judicial en España y no culpan a los jueces, pero a la vez necesitan celeridad. «Depende de una orden del juez para ser sacada de donde está, volviendo a realizar el tratamiento medico que necesita», concluye Vidal.
¿Quién es Michael Murray? No es un desconocido para las fuerzas policiales ni para los expertos en sectas. Miguel Perlado, especialista en en este tipo de organizaciones y fundador de la Asociación para la Investigación del Abuso Psicológico, ayudó a la familia en el pasado y conoce perfectamente al personaje.
Presuntamente se presenta como un profesor de metafísica vinculado a las teorías del New Age. Según contó la propia B.G. en distintos medios «nuestro maestro, que decía ser el Arcángel Miguel, Jesús y Dios de la Tierra, elegía cada noche a quién de nosotras le tocaba dormir con él. Y nos violaba, día y noche. A mí me decía que con su poder me había curado mi supuesto cáncer de mi vagina, que hacía un trabajo de curación. A Salomé, le decía que tenía que tener cuanta más polla posible para curar el gusto que tenía su ego hacia las mujeres».
Aunque las personas con trastornos mentales son más vulnerables a las sectas, Miguel Perlado asegura que «cualquiera puede caer en las manos de una secta». El riesgo de recaída existe en todos los casos, especialmente en los seis meses después a la salida, pero en el caso de personas con discapadidad o trastornos mentales, las posibilidades de recaer se triplican.
Hay algún guru que NO sea falso?? jajajajaja