Los psicofármacos son un tipo de medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central para tratar diversas enfermedades mentales y trastornos como la depresión o la esquizofrenia, entre otros. Encontramos distintos subtipos, entre ellos los hipnosedantes (ansiolíticos, benzodiacepinas o hipnóticos) que son los más consumidos en España.
El Plan Nacional de Drogas estima que el 10 % de la población de entre 15 y 64 años son consumidores de este tipo de sustancias. España es uno de los países con mayor consumo de benzodiacepinas a nivel mundial.
Si extrapolamos los datos nacionales a Baleares, en este momento más de 122.500 ciudadanos de las Islas se medican con psicofármacos. De ahí que el Colegio de Farmacéuticos de Baleares haya lanzado una alerta para avisar a los pacientes de que su consumo aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor y de que deben aumentar las precauciones.
Sabemos que los aumentos de temperatura agravan tanto enfermedades físicas como trastornos de salud mental, pero los efectos de las olas de calor son especialmente intensos en personas que toman este tipo de medicamentos. Emma Suárez, farmacéutica del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Baleares (COFIB) nos explica porqué.
«Los antisicóticos que se utilizan para enfermedades a nivel psiquiátrico, como la esquizofrenia, trastornos bipolares, obsesivos compulsivos, ansiedad o depresión, entre otros, están más expuestos a sufrir golpes de calor. No es que la enfermedad incremente por sí misma este riesgo sino que son los fámacos afectan a los mecanismos con los que se defiende el organismo», explica la experta.
Advierte de que «los neurotransmisores afectados en la depresión son los mismos que están implicados en la termoregulación». Las personas con problemas mentales y cognitivos ya tienen de salida «un estado de alerta inferior» respecto al resto de personas, pero es que además «algunos de los medicamentos que consumen disminuyen el umbral de percepción del calor y eso les lleva a tomar menos medidas para protegerse». «Otros, de estrecho margen terapéutico, se ven afectados por la hidratación y es importante aumentar la ingesta de agua», añade.
En todos los casos es vital que la persona que toma psicofármacos no suspenda la medicación ni la disminuya por sí misma, sin previa consulta médica. La recomendación de los farmacéuticos es «tomar las medidas necesarias para protegerse, medidas que se recomiendan a toda la población, pero que ellos tienen que tomar con mayor precaución».
Emma Suarez recuerda así que «hay que prevenir situaciones de riesgo, protegerse del sol en las horas centrales del día, beber mucha agua y evitar el consumo de alcohol y cafeína, realizar comidas ligeras y vestir ropas de algodón holgada y transpirable».
La alerta de los farmacéuticos se dirige no solo a los pacientes que consumen psicofármacos sino también a sus cuidadores: «Es importante que sepan identificar los síntomas de un golpe de calor, por ejemplo vómitos que duren más de una hora, piel caliente y enrojecida o fiebre». «En caso de que aparezcan estos síntomas que llamen al 112, coloquen al afectado en un lugar fresco y protegido y le apliquen paños húmedos a la espera de que llegue la ayuda».
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) junto al Comisionado de Salud Mental, pertenecientes al Ministerio de Sanidad, han elaborado una serie de recomendaciones para prevenir, identificar y actuar ante estos posibles golpes de calor, así como un listado de los medicamentos que pueden aumentar la vulnerabilidad ante el calor, que se pueden consultar en su web.
¿Y las vacunas covid, de que aumentan el riesgo? CÍNICOS. Ahora todas las muertes vacuniles son por el calor.