El último choque PP-Vox, que se ha saldado con la segunda derrota de Marga Prohens en esta legislatura, aleja aún más la posible aprobación de las cuentas para el año 2026. Hoy mismo es una quimera que el partido de extrema derecha vaya a aprobarlos, a pesar de que, desde la Vicepresidència del Govern, ya trabajan para que el Consell de Govern apruebe el techo de gasto y lleve las cuentas al Parlament. Esta posibilidad se aleja después de que Vox cumpliera ayer su amenaza.
El partido de extrema derecha tumbó en el Parlament el decreto ley que, en palabras de Marga Prohens, debía servir para poner una «alfombra roja» a las inversiones en las Islas. El mismo decreto establecía una moratoria parcial para la instalación de energías renovables en suelo rústico y además permitía el traslado de residuos desde Eivissa a Mallorca. Nada de eso podrá hacerse a pesar de que Vox está de acuerdo con estas medidas, aunque lo más probable es que el Govern trate de recuperarlas en el futuro.
A pesar de que Vox está de acuerdo con estas propuestas, no las apoya si el PP no acepta la propuesta de la extrema derecha para derogar el decreto de mínimos y la ley de normalización. Vox ha dado un portazo a la ley para mantener el pulso de sus obsesiones lingüísticas con Marga Prohens, a pesar de que su portavoz adjunto, Sergio Rodríguez, no lo ve así. «No es un portazo en las narices ni muchísimo menos. Es un continuar para depurar este decreto y volverlo a traer cuando pueda ser aprobado. En algún momento tendrán que aceptar que el voto de la ciudadanía fue para enviar a éstos a la oposición y para decir que ustedes y nosotros nos tenemos que entender», dijo para justificar su voto.
Es la segunda derrota parlamentaria que sufre Marga Prohens a manos de sus socios en lo que va de legislatura y en las dos ocasiones ha pasado lo mismo: cae una medida económica –hace dos años fue el techo de gasto– porque Vox de lo que quiere hablar es de lengua. El partido quiere que el PP tramite una ley contra el catalán que desborda ampliamente el acuerdo pactado a cambio de los Presupuestos.
Allí se pactó que el castellano se introdujera como lengua vehicular en la enseñanza, pero nada se acordó sobre el decreto de mínimos y el resto de obsesiones de Vox. El PP le ha dicho que no lo aceptará y la respuesta llegó con el rechazo a un decreto ley que, por extensión, pone también en jaque la aprobación de los Presupuestos. En el contexto actual de las relaciones entre ambos partidos, la aprobación de las cuentas para el año 2026 es hoy mismo una quimera.
«Este Govern ha dicho basta». El vicepresident del Govern, Antoni Costa, aseguró tras la derrota en el Parlament que Vox deberá explicar a los empresarios su rechazo al decreto ley de aceleración de proyecto estratégicos, que no pudo ser convalidado en el Parlament. «No aceptamos ni aceptaremos chantajes», insistió el vicepresident del Govern. Lamentó que Vox haya registrado una proposición de ley sobre lengua «que rompe totalmente los acuerdos» e insistió en que la voluntad de Vox era «condicionar» una propuesta lingüística a la aprobación de un decreto económico «que estaba pactado palabra por palabra».
Prácticamente hasta el momento de la votación no se conoció cuál sería el voto del partido de extrema derecha. Los antiguos socios ni siquiera comunicaron al PP el sentido de su voto y esperaron hasta el final del pleno para fijar si posición. Por la mañana hubo un baile de reuniones en la Cámara con la sospecha de que no todos los diputados de la formación –cinco de los ocho que salieron elegidos en las elecciones– compartían la decisión de ir al choque contra Prohens.
AngelcaidoCom sempre estàs mal informat. S'Estatut d'Autonomia el redactaren majoritàriament representants d'UCD i es PSOE. Es PP va governar anys després i va assumir allò que s'havia aprovat. Sa denominació acadèmica de 'llengua catalana' a s'Estatut era s'única possible, perque ses denominacions populars són es gentilicis insulars i una llengua no pot tenir diverses denominacions oficials. Es valencians pogueren adoptar sa denominació popular perque era única. Tanmateix, sa denominació de 'valencià' no té cap incidència en la pràctica, perque sa llengua que s'ensenya a ses escoles, que usa s'administració i que parla sa ràdio i sa televisió valenciana ès sa mateixa que tenim com a pròpia ses Illes Balears i Catalunya. Es valencians no s'han inventat una llengua diferent. Jo puc dir que parl i escric en mallorquí i també puc dir que parl i escric en llengua catalana, i això no canvia sa meva manera de parlar ni d'escriure.