Sólo el consumo de agua supera al de café en todo el mundo. Este dato que recuerda Toni Vallcaneras, presidente de la Asociación de Tostadores de Café de Baleares, perteneciente a PIMEM, además de CEO y máximo responsable de Cafés Bay, una de las empresas con más recorrido dentro del sector en las islas. El empresario añade otro aspecto que plasma la importancia de ese producto, que sitúa como «la segunda industria que más mueve tras el petróleo».
Pero al gremio le preocupa de forma especial el elevado precio del grano, que alcanza estos días «topes históricos», observa Vallcaneras, a la vez que muestra las gráficas y la cotización en los principales mercados y bolsas, como las estadounidenses o la de Londres. «Hay más demanda que oferta y eso será la tónica a largo plazo», prosigue el empresario de Lloret de Vistalegre, base de su empresa, que se ha hecho fuerte diversificando el producto a través de sus tiendas y establecimientos por diferentes puntos de Mallorca y de España.
Y todo, tras un espectacular bajón del precio del grano durante el pasado mes de julio, a consecuencia de una buena cosecha que elevo la oferta en los mercados. Desde ese punto, se ha disparado el precio del café a nivel internacional, independientemente de su origen (Asia, África, América....), dentro de un proceso en el que el productor es el que marca el precio -con una ganancia de medio dólar por kilo-, a lo que hay que añadir el transporte, que supone un incremento de un euro aproximadamente. Eso también ha repercutido, aunque en menor medida, en el consumidor final o en los establecimientos de restauración y bares que han incrementado por norma general unos céntimos el precio de las diferentes modalidades servidas en barra o mesa.
Explica Vallcaneras que «la calidad marca las diferencias, aunque cada origen te ofrece cafés más o menos caros», destacando a Brasil como el país «con más variedades de cafés y precios» como productor número uno del mundo de este preciado producto, que se está haciendo, además, fuerte en nuevos mercados desbancando a otros como el té.
Ese incremento de los precios del café tiene impacto sobre el sector en España, donde calculan que esta tendencia ha hecho cerrar a cerca de dos centenares de empresas de distribución o torrefactoras que «no han podido soportar el aumento de los precios», provocando «impagos de facturas y problemas porque el precio del coste se multiplica, pero el de venta no crece», prosigue Toni Vallcaneras, quien deja claro que «quienes recibimos el mayor golpe somos los proveedores», esperando que la situación y los mercados, y en consecuencia los precios, puedan estabilizarse o bajar, pese a lo cual muchos empresarios han optado por llenar sus almacenes, manteniendo siempre estándares de calidad y frescura del café.
Claro ... no hay margen con el café.