El Menorca Bàsquet se desquitó ayer a gusto. Se borró de un plumazo una tonelada de presión y venció donde debía hacerlo y como debía hacerlo.
El equipo de Paco Olmos, que tras seis derrotas consecutivas se veía contra las cuerdas, se aferró a su mejor versión en defensa y a un inspiradísimo Cuthbert Victor, para doblegar al Manresa y mantener el pulso a la competición, cerrando la primera vuelta con la victoria más importante de la temporada (53-63). Hasta el momento.
El Menorca Bàsquet tuvo la salida habitual. Con Ciorciari al mando y asistido por Limonad en el perímetro, la escuadra de Paco Olmos abrió una primera brecha 3-11 que obligó a Jaume Ponsarnau a detener el partido ya que ni San Miguel ni Jordi Grimau, castigado pronto con dos faltas, encontraban ningún camino hacia el aro. El Manresa estaba espeso en ataque, con una gran defensa del Menorca, y optó por buscar el tiro exterior, aunque sin suerte. En el lado contrario, Donaldson asumía los galones y con seis puntos y tres rebotes en defensa catapultaba a los suyos (7-18 a 2'19'').
El primer cuarto tuvo como invitados inesperados a los miembros de la mesa, que pararon el partido en tres ocasiones por problemas con el cronómetro. El Menorca se estancó en el marcador en el tramo final y lo aprovechó el Manresa para acortar distancias, pero un error en la última posesión local permitió a Huertas un triple casi sobre la bocina que significó el 11-21 favorable a los menorquines, sensiblemente mejores.
El Menorca retomó el partido muy acelerado, regalando dos canastas a Slokar. Caio Torres tomó el relevo de Radenovic para emparejarse con el esloveno. La buena labor defensiva del primer cuarto quedó en nada con el 7-2 del Manresa. Los del Bages recuperaron el acierto desde 6,75 para colocarse a dos tantos 27-29, pero el segundo triple de Limonad mantuvo a raya a los catalanes 27-32 a 2'40''.
Los problemas en este tramo llegaron de la mano de Slokar, el hombre alto del rival. Ni Radenovic ni Caio pudieron frenar al esloveno, autor de ocho tantos en este tramo. A 56 segundos para el descanso Ciorciari protagonizó una penetración a canasta que falló y cayó mal, lastimándose el pie. Las alarmas se encendieron y Olmos cedió el balón a Miki Servera, mientras el argentino era atendido por el doctor Nando Salom. El equipo salvó la situación y el marcador reflejó un 27-33 a la media parte.
Olmos mantuvo la incertidumbre sobre Ciorciari en la reanudación. Apostó por Limonad, Huertas y Victor en el perímetro y por Radenovic y Donaldson en la pintura. El mal del tercer cuarto loco volvió a coger desprevenidos al Menorca que en dos minutos cedió la ventaja que tenía al descanso con dos triples de Gladyr y Montañez (33-33).
El equipo sabía lo que no debía hacer y se apretaron en defensa para que surgiera Victor, con cuatro puntos, para liderar un 0-8. Ponsarnau detuvo el partido y Olmos aprovechó para devolver a Ciorciari a pista, mientras los aficionados menorquines corearon al bravo argentino. El '8' menorquín, que según confesó Olmos después, quiso volver al partido cuanto antes, tenía un movimiento limitado y no podía correr con el balón, mostrando evidentes gestos de dolor en cada carrera. Con todo, el Menorca mantuvo el tipo y siguió al frente (38-43).
El duelo San Miguel-Ciorciari tomó un ligero tono rojo para el zaragozano, más rápido, pero la plantilla entendió que el base argentino, que no suele fallar cuando su equipo lo necesita, los necesitaba más que nunca. El intercambio de golpes lo empezó ganando el Menorca, 44-59 a 3'14'' (+15), con la conexión Victor Ciorciari imparable, que parecía certificar la victoria.
Dos triples de Gladyr y San Miguel cortaron la racha menorquina y una antideportiva muy rigurosa de Radenovic al base maño dio alas al Manresa (50-59). Pero el Menorca recuperó ayer su condición de equipo ACB y certificó la victoria más importante de la temporada a partir de su gran trabajo defensivo.
Ahora empieza la temible segunda vuelta en Valladolid el sábado que viene.