El peligro de la defensa en zona para el Menorca Bàsquet ha vuelto a aparecer a raíz de la situación que vivió el equipo el pasado domingo en el partido ante el DKV Joventut aunque ya lo había padecido en otros partidos de esta temporada sin tanta claridad. Los hombres de Olmos quedaron atascados ante el método utilizado por Pepu Hernández, técnico de la Penya, para cambiar la dinámica del partido al final del primer cuarto ya que hasta entonces la marcaba el ataque menorquinista. El resto del encuentro fue un suplicio para los menorquinistas.
La ausencia de un desatascador de perímetro, un tirador fiable capaz de romper una defensa en un momento determinado, es uno de los handicaps que más está acusando el equipo esta temporada aunque haya otras formas de quebrar la zona. Los problemas que acabaron por costarle el partido ante el Joventut el domingo traen al recuerdo los que tuvo el equipo el año pasado en la travesía por el desierto que tuvo que recorrer entre los meses de enero y febrero. Las zonas que le planteaban los rivales partido a partido le dejaron anclado hasta acumular un triunfo en nueve partidos. Sin embargo, fue capaz de salir del atolladero y atacarlas con más acierto en el tramo final de la fase regular y especialmente en el play-off que le llevó al ascenso.
Ahora, en la ACB, el Menorca posiblemente tendrá que lidiar el domingo en San Sebastián con la zona del Lagun Aro que tendrá reciente el vídeo del último partido de su rival. "Habrán visto el partido, o sea que ya podemos esperarnos que nos la hagan. La solución pasa por trabajar más y si es necesario, hacer más tiros después de los entrenos", ha dicho el capitán, Urko Otegi.
El Menorca Bàsquet es el segundo peor equipo en lanzamientos de dos puntos con una media del 45,72 por ciento, y el cuarto peor en triples, con 32,63 por ciento por encuentro.