La estadística señala que el Menorca Bàsquet ha ganado en dos de sus cuatro visitas a la cuna del 'pescaíto', la capital de la Costa del Sol, esta hermosa tierra malagueña que, por tanto, es sorprendentemente afín al primer club de la Isla. Ese es un buen argumento como punto de partida para el choque de este mediodía frente al Unicaja de Málaga en el que el equipo de Paco Olmos va a desafiar a los pronósticos buscando un golpe de efecto que le devuelva a la pelea por la permanencia después del enorme mazazo sufrido hace siete días en Maó frente al Alicante. Se trata de ganar para demostrar que, pese a todo, el equipo continúa vivo.
Arropado por unos setenta menorquines desplazados junto a la plantilla bajo la promoción 'Menorca Viatja', que ayer fueron recibidos por una temperatura rayana en los 20 grados, sol y luz fantásticos, hoy puede ser el día que vuelva a cambiar el horizonte ahora gris. Para ello, claro está, es necesario capturar el sexto triunfo e iniciar la reacción.
Elementos para el moderado optimismo los hay, como por ejemplo, la referida estadística, la mayor integración de Melvin Sanders y también, el desgaste y la presión del Unicaja de Málaga tras el partido de Euroliga que disputó y perdió el jueves en Vitoria frente al Cajasol, en el que dijo adiós a Europa. Esa, no obstante, es un arma de doble filo porque el equipo sureño está obligado ahora a centrar su esfuerzo en la Liga para entrar en el play off y sabe que otro tropiezo ante el Menorca nublaría el ambiente en torno al equipo que tampoco es muy alegre porque la temporada transita por debajo de lo esperado. Entre Aíto, primero, y Chus Mateo ahora, ya han utilizado a 19 jugadores en lo que llevamos de temporada. Y hoy la novedad será el techo de la ACB, Nedvad Sinanovic (2,222) tras su gran actuación en Vitoria, que ha sido dado de alta a cambio de Archibald, debido a una artritis en el hombro, aunque la primera intención de Mateo era sustituirlo por Printezis. Con el gigante bosnio y Freeland, que podrá jugar como '4' multiplicando su peligrosidad ofensiva, la batalla en la pintura la tiene, aparentemente perdida el equipo de Olmos pese a la ausencia del capitán lesionado, Carlos Jiménez. Pero en el perímetro, si Sanders despierta y Unicaja sigue irregular como en sus últimos partidos, puede estar la baza de los menorquinistas.
Sea como fuere, el Menorca Bàsquet, como bien han sugerido tanto el entrenador como sus jugadores, ya no está en condiciones de valorar opciones sino de ir a disputar cada uno de los partidos que restan por muy imposibles que parezcan. El de hoy en Málaga es el primero de los trece que quedan para la conclusión de la Liga y con esta intención partió ayer el equipo en vuelo chárter desde la Isla acompañado por una legión de seguidores que –al menos éstos– han aparcado la decepción del pasado domingo y esperan hacerse oír hoy en el Martín Carpena.