El pívot menorquín Jan Orfila Sternal (Sant Lluís, 1986) ha vuelto a fijar su residencia en la Isla tras dar por concluida su etapa en Francia, prolongada durante los últimos dos años –en los que ha militado en el Stade Montois del cuarto nivel galo–, y contempla dar continuidad a su trayectoria en algún la Isla. Sin descartar ninguna opción, el exjugador de Huesca, Inca y Granada, entre otros clubes, admite que sus preferencias declinan «hacia el Sant Lluís», equipo de su población natal y en el que forjó sus inicios antes de dar el salto a la cantera del Joventut.
«Piscológicamente estaba agotado de vivir en Francia. Físicamente me he sentido muy bien, pero agota mentalmente estar tanto tiempo lejos de casa. He vuelto a Menorca para quedarme», explica Orfila, que de inmediato admite su intención de «seguir jugando a baloncesto», recalcando que «nunca me he retirado, simplemente me desmarqué del escenario profesional, pues no me motiva dedicarme en exclusiva al basket».
En esa coyuntura, Orfila desvela su deseo de incorporarse a algún club de la Isla, en lo que daría prioridad al Sant Lluís –«Sí, todo debe hablarse, pero me gustaría jugar con ellos», manifiesta–. Un Sant Lluís que debate su futuro entre permanecer en EBA por la vía de los despachos o no, lo que dependería de contar con los recursos necesarios, deportivos y económicos. «Jugar en EBA siempre es más exigente que hacerlo en una liga balear, y quizá repercutiría en mi actividad laboral, pero puede arreglarse», abunda el jugador, que no jugaría gratis, pero tampoco exigiría un gran desembolso, y se muestra seguro de que podría fructificar «una acuerdo» satisfactorio para las dos partes, incluso en caso de que el club de Ses Canaletes optara por hacer efectivo su descenso de categoría y jugar el torneo autonómico. Además, Orfila, consciente de las dificultades que atravesó el equipo lluïser durante la anterior campaña en EBA, apostilla, con una proclama de lo más sugerente. «Conmigo, el Sant Lluís no quedaría último en EBA», sentencia.