El exceso de ansiedad se distinguió como factor capital para explicar la equívoca puesta en escena del Hestia Menorca en LEB Plata, ocurrida el pasado sábado en Bintaufa y terminada con derrota ante un Real Murcia que se mostró superior en juego y siempre en el marcador (58-72). Un debut que asimismo permitió al equipo de Oriol Pagès empezar a calibrar el nuevo estadio competitivo en que reside ?tanto en cuanto a nivel de rival como arbitral?, y que obviamente ha legado más planos negativos que positivos.
En ese sentido, la carga de excitación obnubiló al grupo insular en varios aspectos clave, motivando mermas en ambos lados de la cancha. En su propia zona, el Menorca mostró ciertos desajustes defensivos y por momentos, en algunas cimas del partido, ausencia de suficiente intensidad, siendo también incapaz de contener al norteamericano Connor Beranek (21 puntos y 18 rebotes) y al británico Patrick Whelan (18 tantos al 90% de acierto en tiros de dos), los dos principales focos de producción murciana.