Una pequeña población situada entre las ciudades de Benidorm, la Nucía y Altea está centrando su atención en Menorca para captar el talento de la Isla y fichar a las mejores jugadoras en edad junior. Alfáz del Pi ya ha sido la residencia de la ciutadellenca Gibet Cortés (2006) y la alaiorenca Júlia Mascaró (2005), y este año será el turno también de Clàudia Ametller (2007), quien cerrará el trío de jugadoras menorquinas en el CB TerrAlfàs.
Clàudia, original de Es Migjorn, ha estado jugando este último año en el Jovent de Alaior, después de haberse formado en las categorías inferiores del CB Ferreries, y esta temporada se aventura a salir de casa para unirse a uno de los mejores programas deportivos de baloncesto femenino de la Comunidad Valenciana y de España.
De hecho, la campaña pasada, Gibet y Júlia terminaron yendo al Campeonato de España junior, después de haber quedado cuartas de la comunidad autónoma en la liga regular, accediendo a un playoff a cuatro en el que partían como las menos favoritas, pero donde acabaron pasando como segundas.
Una vez clasificadas, llegaron hasta octavos de final. Ahí se encontraron con el Gran Canaria, que fue superior y eliminó al TerrAlfàs. No obstante, están dentro de los 16 mejores equipos del país en la categoría y disfrutaron de una experiencia que este año quieren repetir.
«Ir al Campeonato de España fue algo increíble. Verte entre tantas buenas jugadoras, de equipos y clubes grandes de España, muchos que son cantera de equipos de Liga Femenina Endesa… Fue un momento que nos ha marcado este año», comentan Júlia y Gibet sobre su primera temporada en Alicante.
Una aclimatación que ha sido muy rápida y efectiva y que invitan a tener también a su nueva compañera, Clàudia: «Desde que llegamos nos han acogido muy bien, como si fuéramos parte de una familia. Nuestro consejo es que se abra lo máximo posible para conocer a todas y que la conozcan a ella, porque la van a acoger igual que a nosotras. Ya después, que aproveche mucho de la experiencia».
Por su parte, la nueva incorporación se muestra segura de estar es el momento de dar el salto y lo hace con determinación, aunque siempre queda la incertidumbre de cómo será la aclimatación a su nuevo destino.
«Hace dos años ya fui a probar durante unas semanas, pero no me vi preparada para salir de Menorca. Ahora que vuelvo a tener la oportunidad, creo que sí lo estoy», asegura Clàudia.
Vida estudiantil y deportiva con alojamiento en un hotel de la ciudad junto al resto de sus compañeras. Un plan ideal a primera vista, pero que no deja de ser un esfuerzo grande para ellas, estando lejos de sus familias y amistades.
«Siempre que podemos volvemos a Menorca a visitar a nuestras familias y amigos. Se echa mucho de menos tenerles cerca, pero allí también hemos hecho nuestro grupo», aclaran.
Ahora recargan pilas en la Isla justo antes de marcharse otra vez, para unas, y por primera vez, para otra, en lo que promete ser otro gran año para el TerrAlfàs y las tres jugadoras menorquinas, con progresión de poder convertirse en promesas del baloncesto español.