La gloria pasa por la épica. Otra vez. Los cuartos de final están a un partido, pero ante una de las grandes favoritas. Es un duelo a todo o nada en nuevo episodio de este grupo que parece una fuente inagotable de talento e insaciable de éxito y que ante Canadá, como no podría ser de otra manera, dará el máximo para sellar el billete a Manila.
La derrota de este domingo ante Letonia es ya agua pasada. Después del partido, 'La Familia' se reunió para hacer equipo y empezar a mentalizarse de que el reto, esta vez, es muy complicado. Pero no imposible. Recordó que esto ya ha sucedido más veces y se ha conseguido dar la vuelta; y empezó a hacerse a la idea de que es capaz de tumbar a la todopoderosa Canadá de Shai Gilgeous-Alexander, la favorita para heredar la corona ecuménica junto a Estados Unidos.
Y si no que se lo digan a Juancho Hernangómez. El convencimiento del ala-pívot del Panathinaikos es total: «Hay que lucharlo, hay que dar el cien por cien y hay que vaciarse». «El grado de convencimiento es del 100%. No se puede ir a un partido pensando que se va a perder. El que no crea pues que no venga y no pasa nada», declaró este sábado en un encuentro con medios españoles en el hotel de concentración de la selección, en Yakarta.
Igual de convencido está su hermano mayor, un Willy Hernangómez, MVP del pasado Eurobasket, que está llamado a ser el líder del trabajo coral español sobre el parqué del Indonesia Arena. «No hay red. No hay otra opción. No contemplamos otra opción más que ganar, que darlo todo, que luchar por el partido. Todos los que estamos aquí vamos a dar el 150%», comentó el mayor de los Hernangómez.
El partido pasa, como en todos estos últimos años, por la unidad; por la convicción de que el todo suma más que las partes y por la confianza plena en el compañero. En eso y en el peso de una camiseta que, a diferencia de la canadiense, ya sabe lo que es sufrir y, sobre todo, lo que es ganar.
«Somos una selección con mucho recorrido y lo que nos hace estar aquí es disfrutar dentro de la pista y fuera de ella. Los veteranos somos conscientes de que no es la primera vez y los jóvenes lo vieron por televisión», expresó por su parte el capitán, un Rudy Fernandez que ya es leyenda del baloncesto español, en lo más alto de internacionalidades nacionales. «El trabajo debe de ser vaciarse. No somos el mejor equipo, pero tampoco el peor. Tenemos que dar todo por esta camiseta y si sale bien iremos a la siguiente fase, si no darlo todo pero con el trabajo hecho», insistió.
Canadá es una selección muy completa, con hasta 7 jugadores NBA y liderada indiscutiblemente por Shai Gilgeous-Alexander, base de los Oklahoma City Thunder que tira del carro de la selección dirigida por el español Jordi Fernández, exayudante de Scariolo hasta 2019.
Un Scariolo que, pese a saber que España no es favorita, apela al compromiso y concentración de una selección que ha superado siempre las expectativas: «Tenemos poca previsión a nuestro favor 'a priori', pero no existe un rival imbatible ni un partido imposible».
«No hay que añadir dramatismo. Si fuéramos un equipo está siempre ahí y que no consigue cosas, que no ha ganado... Pero este es un equipo de tradición para superar sistemáticamente cualquier previsión haciendo olvidar la naturaleza real del equipo de hoy», puntualizó, poniendo en valor lo conseguido en China 2019 y en Berlín 2022.
Eso sí, Scariolo no podrá contar casi con seguridad con Sergio Llull. El escolta del Real Madrid sufrió una contusión y el seleccionador aseguró tras el entrenamiento de este sábado que no se la jugará en caso de riesgo para el jugador.
Las piezas, las cartas, las fichas... ya está todo sobre la mesa. Solo falta jugar. España se refugia en su pasado reciente, en la épica y en su aura de ser capaz de lograr casi siempre lo aparentemente imposible para tumbar a la gran favorita del duelo; una Canadá que eso sí, no supo aguantar la presión ante Brasil.
Los cuartos pasan por Canadá. La gloria pasa por la épica. Otra vez. España volverá a jugar sin red, condición en la que siempre se ha manejado bien este grupo. Este domingo (15.30 horas), es todo o nada para estar en Manila y volver a pertenecer a los ocho mejores combinados del planeta.