El Hestia Menorca no alcanzó a poder sorprender al poderoso San Pablo Burgos, ante el que sucumbió anoche luego de un notable partido, sobreviviendo hasta el epílogo (82-90). Aún a pesar de afrontar el partido limitado por la ausencia de Pol Molins, que no jugó al arrastrar unos problemas físicos, y con Víctor Arteaga ‘tocado' en la espalda, que actuó mermado por eso, el equipo de Javi Zamora supo durante muchos momentos contrarrestar la tremenda gama de recursos que reúne la plantilla burgalesa que dirige Lolo Encinas, que únicamente respiró una vez el duelo concluyó.
El norteamericano Luke Fischer, que hizo 25 puntos, 11 rebotes y 36 de valoración, destacó como el eje de un San Pablo Burgos que sin embargo fue mucho más que el soberbio interior de Wisconsin.
De hecho, el Hestia Menorca comprobó desde el arranque el poderío y la prominencia de Fisher en el juego (11 puntos y 6 rebotes en el primer cuarto para el norteamericano), ya fuera en la zona o en el tiro, como referencia a partir de la que imponer la primera ruptura de la noche; 0-13 para un inquietante 6-17.
La garra y calidad de Omar Lo y alguna acción puntual de Stoilov en las cercanías del aro (4 tantos el búlgaro en el primer parcial) fueron los recursos con los que el Menorca, desprovisto en esos momentos de Arteaga, y con Hannah que rápidamente se cargó con dos faltas personales, lo que motivó que se fuera al banquillo durante varios minutos, pudo replicar. Escaso bagaje ante la mejor plantilla de la liga (16-27, primer cuarto).
Álex Tamayo, que finalizó con cuatro triples y 15 puntos, apareció como el elemento, junto a Omar Lo, que permitió al Menorca, sostenerse en el partido primero (23-31), y evitar una mayor sangría al descanso después (35-44 en mitad del partido). La fiabilidad perimetral que mostró el escolta del Menorca formado en Estudiantes fue también la réplica a la térmica y certera secuencia que brindó el esloveno Miha Lapornik en ese periodo (19 puntos en total), como también al incontrolable Fischer, cuyo retorno al parquet se tradujo en la máxima renta hasta entonces en favor del equipo burgalés (26-42).
Reacción
Pero el Hestia Menorca, contrariamente a lo que el primer tiempo hizo intuir, presentó batalla, y mucha, en los últimos dos cuartos, consiguiendo apretar el partido hasta límites insospechados. Un triple de Hannah (sumó cinco, todos ellos tras el parón) significó el 43-48 en los albores del tercer periodo. El guion previsto, se alteraba por completo.
Más si cabe tras dos aciertos consecutivos de Tamayo, también desde el 6.75 (56-59). El Menorca, en una versión opuesta a partidos previos, buscó y encontró la acción en velocidad, y con ello, desbaratar a su rival desde la rapidez. El partido enfilaba el cuarto definitivo con una plena incertidumbre (59-64).
Pero el Menorca, que ya había tirado de Arteaga, y disfrutó de la actuación más eficaz de Grandison desde su incursión en el equipo hace un mes (10 puntos y 2 capturas el de Duke, jugando de base en varias fases de la noche), chocó de nuevo con el inmenso talento y los inagotables recursos del San Pablo Burgos, que en su trayecto hacia su octava victoria consecutiva (y por contra, en el que cristalizó con la cuarta derrota seguida del Hestia Menorca) concedió el protagonismo final a Alejandro Barrera, que con dos triples hizo trizas la defensa zonal por la que en esos instantes apostó el equipo insular (61-75).
Pero la capacidad del Menorca para levantarse tras cada golpe, digna de mención, valió para recuperar la emoción y para soñar con otra velada mágica, en consonancia a la vivida contra el Coruña cuatro semanas atrás. Hannah, antes de cometer su quinta falta y caer eliminado, se exhibió en el triple –Grandison también ofreció su aportación en ese sentido– y reubicó a su equipo en órbita del triunfo (80-85). De hecho, el Menorca incluso lanzó, con 82-87, para reducir a -2 su desventaja, pero el encomiable derroche del colectivo menorquín no encontró premio contra el mejor equipo de la liga (82-90).