Con un empate a cero frente a su gran rival de municipio, el Norteño jugó su último partido en Las Arenas correspondiente a su primera temporada en Tercera División. Al final del encuentro el público le despidió con fuertes aplausos agradecido por una nueva demostración de coraje y entrega a unos colores, pese a que desde hace algunas jornadas ya se había consumado el descenso. La deportividad, que fue ayer exquisita tanto dentro como fuera del campo, tuvo su mejor expresión en este reconocimiento de los espectadores y en los abrazos en que se fundieron los jugadores de ambos equipos una vez el árbitro señaló el final del partido. No hubo ayer tarde vencedores ni vencidos en el marcador, pero sobre el terreno de juego ganaron todos, Norteño y Mercadal.
Tal vez estas impresiones resultaran las más sobresalientes de un choque que en otras circunstancias hubiera tenido mucho morbo encima, pero que en esta ocasión era puramente de trámite y solo con la honrilla deportiva como meta. Así se fueron sucediendo los noventa minutos con una notoria igualdad y escasas situaciones de gol resueltas por la notable superioridad defensiva de ambos conjuntos. En el minuto 23 se rozó la emoción de gol en un pase de Helenio que remató de cabeza Adri, pero el cruce oportunísimo de Gaimundi evitó el tanto. Se animó el Norteño con esta posibilidad y un minuto después era su ariete Marcos quien se adelantó a la defensa rojiblanca, llegó incluso a salvar la salida de Cris, pero el último pase le salió largo y no pudo evitar que el balón le saliera por la línea de fondo. Fueron los mejores momentos de los hombres de Pere Vadell y hubieran podido serlo del partido, porque lógicamente un gol hubiera dado otra sesgo al encuentro.
A partir de ahí, el Mercadal se estiró algo más. En el 35 un centro desde muy atrás de Chupi se fue cerrando y obligó a Mito a parar sobre la misma línea y cinco minutos más tarde Mario Mora tuvo su gran ocasión al rematar un gran pase de Marcos por la derecha, pero se interpuso el poste de la meta rival. El descanso llegó con el marcador inicial.
La segunda parte tampoco se distinguió mucho ni en juego ni en ocasiones. El Norteño buscó siempre a Marcos, su mejor hombre y quien más y mejor remató a la puerta del reaparecido Cris. Lo intentó muy fuerte en el 48 y rechazó el meta, y otra vez sacó un buen remate en el 53 marchándose el balón fuera por poco. La reacción llegó de parte de Berto cuatro minutos después, pero su magnífica jugada no tuvo éxito por el oportuno cruce de Melitón.
El partido se luchaba de tú a tú, pero en el centro del campo destacaba el control absoluto de un Igor extraordinario. El empate a cero que se veía venir solo sufrió un serio sobresalto en el minuto 79 con la postrera ocasión de Badía que rechazaron al alimón Cris y Biel. Luego todo transcurrió plácidamente hasta llegar a un final del que se hablaba al principio. Tal vez porque fue lo más emocionante de la tarde.