Todos los pensamientos que durante la semana corren por la mente de los componentes de este Sporting que ya no sabe cómo ponerse se aparcan a la hora de saltar al césped. Volverá a ser así este mediodía, cuando toque jugar ante el CD Teruel: todos quieren seguir dando la cara y mostrar orgullo para tener la conciencia tranquila de haber hecho lo que tocaba sobre el césped hasta el último momento. En el otro tema, el económico, no pueden hacer nada.
Delante un rival guerrillero, duro. El Teruel tiene una plantilla corta y podría darse el caso de que físicamente no pudiera aguantar al cien por cien los noventa minutos, ya que tuvo partido entre semana, el que ganó por 0-2 en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa Federación. A pesar de ello, buscarán pescar en el río revuelto en el que se ha convertido Bintaufa. Intuyen que el Sporting tiene una moral frágil cuando encaja un gol pronto.
Está claro que la intención de los mahoneses es toda la contraria. Quedan cuatro partidos antes del parón navideño -que solo sea eso el parón, navideño- y deportivamente nada se ha perdido todavía, a pesar de que el Sporting sea el vicecolista tras cuatro derrotas seguidas, con trece puntos, cinco menos que su rival, que es el decimosegundo y rompió la semana pasada ante el Andorra una racha de tres partidos sin ganar.
Mati Borsot quiere hacer piña y citará a toda la plantilla antes del encuentro. Sabe que no podrá contar con Camacho y Arkaitz, pero sí con Barber, David Sánchez o Eloy. Ganar es un pequeño bálsamo.