El Real Madrid recuperó la mejor de sus versiones en 45 minutos de vendaval, para remontar al Barcelona en la final de la Supercopa de España (2-1), conquistar el primer título del curso y torpedear el inicio de la etapa de Tito Vilanova.
La Liga conquistada en una competición que premió la regularidad del Real Madrid, con un triunfo en el Camp Nou, fue el primer paso para acortar la distancia entre dos enemigos. Frenar una hegemonía azulgrana. El primer triunfo en el Bernabéu de la 'era Mourinho' en un clásico iguala las fuerzas. Y lo consiguió con el estilo que tanto disfruta el aficionado madridista. Enterrando planteamientos defensivos y conservadores. Saliendo a por el Barcelona. Derrotándole con unas armas letales.
El Barcelona estaba desfigurado. En manos de los madridistas. Cuando se lo creyeron lo acribillaron. En el calentamiento se lesionó Dani Alves. Jugó Adriano cambiado de banda. Era el flanco débil por donde atacar. Lo explotaron al máximo. Higuaín se movió como pez en el agua en una noche aciaga de los centrales barcelonistas. Perdonó la primera. A los siete minutos Víctor Valdés comenzaba a asumir que tendría mucho trabajo. Con el pie sacó el mano a mano.
No falló la segunda cuando aprovechó un balón a la espalda para batir a Valdes por abajo. Era el minuto 11. El Madrid siguió apretando y un gran control orientado de Cristiano siginificó el 2-0 tras fusilar al meta del Barcelona y marcar por quinta ocasión consecutiva en un clásico.
Mateu Lahoz anuló el tercero del Madrid. Una falta lateral la cabeceó a gol Ramos. El árbitro vio falta de Pepe a Mascherano en el salto. La resurrección blanca pudo encontrar el premio de una goleada de escándalo al descanso pero Higuaín perdonó. A los 28 minutos Adriano derribó a Cristiano cuando se iba solo en carrera y fue expulsado por ser el último hombre entre el portugués y Valdés.
Genialidad de Messi, 2-1
El primer disparo de toda la noche del Barça a puerta lo firmó Messi, en una falta lejana, que se coló en la portería de Casillas antes de que el colegiado señalara el descanso.
Tras el paso por el túnel de vestuarios el Barcelona recuperó su identidad y plantó cara a un Madrid que renunció a la posesión. Pedro, inadvertido hasta entonces, tuvo una doble ocasión a la que respondió perfectamente Casillas, así como un control demasiado largo de Alba con el portero batido.
El Madrid contraatacó con una incursión de Khedira que despejó Valdes y un chut de Higuaín al palo con todo a favor.
Debutaron Song y Modriç y continuó el intercambio de oportunidades aunque el marcador no se movió. El Santiago Bernabeu celebró el título a lo grande.